jueves, 2 de diciembre de 2010

REHENES DE LA DELINCUENCIA

REHENES DE LA DELINCUENCIA

Asistimos en estos últimos días la guerra del bien contra el mal, teniendo como escenario una de las más bellas ciudades del mundo, la muy renombrada ciudad de Río de Janeiro – Brasil, que bajo el amparo del Cristo Redentor la población carioca vivió uno de los más dramáticos momentos de su vida, acostumbrada a las delicias del mar y el encanto natural de sus montañas que rodean la ciudad, que le servían de protección y seguridad en otras épocas, hoy es refugio de delincuentes de todas clases, categorías, cuyos lideres se ufanan de poder, ostentan riquezas mal habidas, ejercen dominios sobre una respetable dimensión en las marginales favelas de miserables chozas, de gente sin calificación y de reconocida vivencia con el delito, donde también existen personas de bien, laboriosas, estudiosas, trabajadores casi todos informales, jefas de hogar que trabajan como domésticas y frecuentan como esparcimiento las famosas Escuelas de Samba, hoy convertidas en centros de narcotraficantes, que manejan con cierta libertad y comodidad su detestable negocio, fungen de protectores e imparten seguridad a los pobladores de sus propios seguidores, son filántropos de fantasía y promueven el miedo y el terror.
Los dirigentes de grupos que ejercen el narcotráfico como actividad básica, la compra y venta de armas, del contrabando y la piratería, del asalto a comercios, a transeúntes inocentes e incautos
Turistas, que extendieron de un tiempo a esta parte su malsano poder, su influencia política, conquistando a los electores con dádivas productos de la delincuencia y del horror a las familias decentes, donde conviven con el demencial terror provocado por los criminales, algunos, escasos lideres que se encuentran en prisión manejan en connivencia y complicidad con los profesionales del derecho, que el Colegio de Abogados del Brasil, la OAB, ya esta tomando las medidas para sancionar a estos Abogados asociados al crimen.
En el escenario que se describe con cierta benevolencia, es más grave y peligroso, poblaciones, barrios, ciudades, comercios, escuelas, actividades religiosas y educativas, están acorraladas y sufren del temor, del terror, del pánico, de la zozobra y del miedo generalizado, donde se vive bajo el régimen de REHENES DE LA DELINCUIENCIA.
El gobierno del Estado de Río de Janeiro, bajo la supervisión de la Secretaría de Seguridad Pública, las Fuerzas Armadas, la Policía Civil y Militar, Federal y Estatal, en una acción conjunta seria y efectiva, consiguieron ocupar nuevamente el territorio de los delincuentes, que huyeron, algunos se entregaron, otros fueron eliminados, hubo sí, escasa resistencia de los marginales ante el despliegue militar por tierra, aire y mar, bajo el aplauso de la población que exige hace tiempo este modelo de operación contra el delito organizado, hace varios años que las favelas de Río de Janeiro fue ocupada por los criminales, que por cierta desidia, incompetencia, complicidad con el liderazgo político, un poder judicial lento y caro, un servicio de seguridad pública con baja remuneración que alimentó y fue abono propicio para la corrupción en gran escala, llevando al pueblo en un estado de stress colectivo incomparable e inigualable, que habiendo pasado un tiempo más que razonable para realizar esta operación exitosa, que deberá tener continuidad permanente y consolidar definitivamente la expulsión de los criminales que ocuparon las favelas de Río de Janeiro.
San José, 29 de Noviembre de 2010-.

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