viernes, 7 de noviembre de 2014

FALTA DE EDUCACION , INGREDIENTE DE LA POBREZA

La educación, es un factor de conciencia social, ejemplo familiar, transparencia de las acciones del grupo, tradición heredada, vínculo de hábitos constantes, no se impone se adquiere y a ella se adhiere por espontanea voluntad, sin embargo, la instrucción se integra al sujeto por el método del aprendizaje, se incorpora a la personalidad para el crecimiento personal y la voluntad de superación, contribuye para integrarse al sistema pedagógico de una específica geografía y hace uniforme el sistema de todos los niveles, La pobreza, es una corriente que emana del núcleo familiar se arrastra y forma un curso de miseria que se agiganta , domina el ambiente desgastando el entorno y secando los manantiales de ilusión y esperanza., es el responsable mayor de las carencias de expectativas de crecimiento humano, entorpece la creatividad y lo torna un ser antisocial y sin capacidad de solidaridad, es candidato a la criminalidad y la corrupción ,es el individuo que pasa por la vida sin aspiraciones y sueños truncados, puede poseer innatas y naturales capacidades que podrían ser descubiertas cuando el Estado interviene con políticas educativas para este renglón de personas olvidadas, marginadas, que sirven solo para la explotación proselitista y laboral, la oscuridad de su vida sin visión de futuro tropieza con el muro que sirve de contención en la trayectoria de una existencia vacía y sin motivación. La pobreza, es el resultado de un enmarañado de circunstancias adversas, reales y ficticias, que se multiplican cuando el Estado no asume su papel de “servidor del hombre libre”, como alguien ya afirmara, es un sector sin oportunidades, sin calificación, ausente de los círculos de desarrollo y habitando en la periferia del submundo de carencias y dificultades que se multiplican en la medida de ser víctima del consumismo y la impunidad, o quién sabe, objetivo y objeto de los que manejan religiones y divinidades con falsas promesas de una vida futura en el mundo del abstracto y desconocido, fomentando las dos letras que solucionan lo imposible, la fe. En relación a lo expuesto anteriormente, se hace la sugerencia de encaminar la sociedad desde muy temprana edad por la vía de la educación, el Estado en su dimensión de educador social, el que enseña desde cosas simples hasta complicadas, como cruzar una calle, utilizar el semáforo, no obstruir veredas y sitios peatonales, establecer políticas de capacitación técnica, eliminar focos de vendedores informales, respetar al niño y al anciano, darle el buen sentido de pagar impuestos y su valor ético y que la moral es un buen negocio. Desde Asunción, Paraguay, 7 de Noviembre de 2014

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