Vecinos Ausentes

Nuevamente en el escenario apropiado para deleite de la curiosidad que domina y se divierte, en este ambiente poblado de rumores, un centro comercial en plena jornada de mayor movimiento de sus fieles, bellas damas desfilando sus encantos, apuestos caballeros buscando alguna distracción, niños corriendo y lanzando su imaginación en un local donde prima la fantasía, existen locales también donde la privacidad es su característica, mesas para cuatro personas máximo, para dos o para una sola , aquel sujeto que huye del “mundanal ruido” como decía el poeta clásico, este servidor ocupa este espacio, solicita un café humeante, agua y toda su atención y curiosidad en alerta, preparando los sentidos para auscultar toda clase de detalles, cuentos, mentiras, verdades., lo real y lo ficticio y luego encuentro el tesoro muy cercano. En la mesa lateral tres damas muy elegantes, con ropas discretas pero coloridas, todas recién peinadas y rostros lisos y plásticos, las manos llenas de anillos y brazaletes, las orejas con joyas que les adornan el visual, hablan todas al mismo tiempo que dificulta saber cuál el tema abordado, las manos bien cuidadas, dedos finos y bien tratados, se deslizan por la mesa con un ritual que emociona y encanta, de repente parece llamar la atención de las mismas un tema que la dama de cabellos castaños y ruidosas alhajas encamina un asunto que parece ser de interés de todas y de este curioso y disimulado oyente. El asunto a tratar es la presencia de VECINOS que se mantienen distantes, ausentes, silenciosos, se limita a un mero saludo de rutina y no pasa de cortesía fingida y fría, en ese marco la conversación se vuelve interesante y todas opinan, cuentan sus experiencias y este servidor entra en éxtasis, no se quiere perder un detalle, una palabra, es una pena que no manejo la tecnología y tampoco la urbanidad me permitiría entrometerme, es allí donde la atención se vuelve más importante. La dama de cabellos negros teñido, fuerte y brillante, afirma con vehemencia y hasta cierto enojo, no soporto más mi vecino, además de ser grosero es mal humorado, sale a la calle sin camisa, habla gritando, expone sin ninguna reserva sus asuntos privados, que su hijo bebe, su hija esta embarazada, su esposa cada día está más gorda, y el tiene que soportar esta situación, cuanta nostalgia de mis tiempos de funcionario público, hoy jubilado estoy conociendo a la familia, es de pocas luces se siente, tiene ganas de establecer un dialogo, sin embargo las proposiciones no despiertan interés, es de rutina y generalmente tiene el carácter vulgar, los otros miembros del vecindario se mantienen distantes dice la rubia falsa, la solitaria vecina del lado izquierdo que vive con sus cabellos en revueltas, , su pijama, colorida y transparente que la exhibe sin ningún problema un cuerpo delgado y puntudos huesos, parece una bicicleta. su manía es adoptar gatos y perros, que se pasa ofreciendo y en lastimeros balbuceos expone las dificultades del animal y sus escasas posibilidades de tenerlos por el pequeño espacio de la casa, que no es pequeña y de bulliciosas presencias de nietos los fines de semana, sin contar que mantiene conflictos por no querer podar sus árboles, fuentes de peleas históricas y que molestan a los demás, es cuando llega el momento de la retirada , la reunión continua y el café se puso frío.- Desde LAMBARE – PARAGUAY, 13 de abril de 2017