martes, 17 de febrero de 2015

RECUENTO - Arrepentimiento

En las primeras horas de un día cualquiera, en un emblemático sitio de Asunción – Paraguay, el ex Seminario de la Diócesis de la capital, hoy transformado en un parque multiuso, el sol ya se vislumbra, por los primeros rayos que promete una jornada de elevada temperatura, el verdor de los arboles es sorprendente con distintos matices de tono, rayos candentes que cruzan sus follajes hacen del escenario un espectáculo único en belleza y esplendor. Después de la caminata dispongo un descanso escogiendo un espacio apropiado, los caminantes pasan distraídamente y uno de ellos resuelve acompañar a quien suscribe, un señor septuagenario, de calvicie pronunciada, abultado vientre, atuendo deportivo elegante, ocupa el asiento y saluda con efusiva cordialidad y comienza una plática amena, primeras presentaciones, nombre y apellido, que retribuyo cortésmente, cuenta su gentilicio con cierto orgullo, es paraguayo del interior de la República, mezcla con chispa el guaraní con el español, dando gracia a la conversación que se inicia. Las preguntas se suceden con curiosidad anecdótica, que haces, tu actividad principal, tu familia, hijos , nietos, escolaridad y grados académicos, afirma con cierta dosis de tristeza ser jubilado, cuando se considera plenamente apto para continuar sus actividades, lucidez, experiencia, pasión por el trabajo de Abogado, lamenta los comportamientos poco honorables de colegas, violando la naturaleza del paraguayo digno, disciplinado, ”somos espartanos y poco atenienses” ,dice, los valores están trastocados, como ya es igual en todas las geografías, los adelantos tecnológicos nos volvieron muy cercanos pero sin alientos, somos vecinos distantes, las preguntas como un enorme rosario desfilan y almacenan con énfasis en criterios críticos, cuenta haber conocido varias ciudades por el mundo, sin afincarse en ninguna, pues, su amor por el terruño es enorme, aquí tiene su vida, su historia, su entorno , su deber y obligaciones, su identidad, el guaraní lo tiene impregnado en el alma que no le deja otra opción está escrito que es aquí su lugar, tierra de “poetas guerreros y soldados mansos” como afirmara el escritor nacional AUGUSTO ROA BASTOS, premio Cervantes. Es cuando como punzante puñal, directo, afilado y profundo, pregunto, se arrepiente de algo que hizo o no hizo en su interesante vida, a lo que responde con la misma instantaneidad, “ de nada me arrepiento”, salí de mi pueblo un adolescente, llegué a la capital con sueños, ideas, planos, estudiar y concluir con la vocación que arrastro hasta la fecha, el derecho mi pasión y gloria, la ejercí con fervor y dediqué mi existencia a buscar justicia, la encontré algunas veces , otras se me escaparon cual serpiente venenosa, conocí personas y lugares, amé y fui amado, cultivé la amistad como religión, frecuente salones de príncipes y chozas de mendigo, conocí indigentes y acaudalados, frecuenté cultos y templos de todas las corrientes nada me cautivó ni me hizo seguidor, afirma nuestro ,a esta altura, ya amigo de siglos, la hora se sucedían con un implacable sol y un profundo y maravilloso cielo azul, un suave y acariciante viento nos invade con calidez y diríamos ternura. Por tanto, nada en este mundo me sorprende, conocí todos los estados civiles de un hombre con existencia plena, soltero, casado, viudo, vuelto a casar, hijos, nietos, casas que fueron y lo califico a todas como hogar, que está repleta de risas infantiles, llantos, dolores compartidos, sueños que se realizaron, pérdidas y ganancias, la mujer que me acompaña y dio luz a esta vida es mujer superior, cálida, amorosa, tierna, valiente, emprendedora, crítica, analítica y un inmenso corazón, único defecto, le gusta la política, que aclara con vehemencia, como instrumento de bienestar y seguridad para los pueblos, detesta la mentira y la retórica de los políticos, la política no debe ser profesión, no debe tener remuneración, porque es servicio que honra y dignifica.se corre el riego de prostituir. En ese instante con extraña y explosiva sorpresa decide retirarse, se levanta y con altivez augura los mejores deseos de una linda jornada y agradece, reiteradamente, el tiempo que le dedicara para escucharlo, porque en esta época nadie escucha a nadie, todos hablamos al mismo tiempo y nuestra soledad, como dice el cantor mexicano “no me queda nada bien” y se retira creo que muy contento como este servidor que también se retira de tan hermoso escenario.- Desde Asunción – Paraguay, 18 de febrero de 2015

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