sábado, 10 de febrero de 2018
La Religion y La Paz
En todas las épocas y en todos los rincones del planeta tenemos la presencia de las religiones y religiosos, creyentes, escépticos, los que hacen de la misma un medio de vida, por convicción o por vocación, la historia registra episodios de odios y encuentros de afectos, enfrentamientos bélicos con muertes de inocentes, victimas verdaderas, crucificados y alabados, en su nombre se produjo obras de arte que se eternizaron, se escribieron libros perpetuos, poetas inmortales, reformadores que sufrieron por sus creencias, emitieron palabras santas y comportamientos indignos, son señales humanas de las debilidades que nos marcan.
Es tiempo de reconciliación de las religiones por la paz, todas ellas formulan estrategias divinas para encontrar al Dios verdadero, insinúan conductas y enseñan valores, nos hablan de amor portando armas, inculcan la tesis de poseedor de la verdadera palabra y al margen estimulan a sus creyentes el odio y la maldad, otros señalan el camino para llegar a la diestra de Dios con ayunos y oraciones, se construyen templos majestuosos que maravillan a los visitantes, templos que nos hacen pequeños, diminutos, se adornan de oro y brillantes joyas, es rica y propaga pobreza, enseña la caridad como medio para llegar al Ser Supremo, no es la caridad como mendicancia, es como enseñanza de humildad y solidaridad, ninguna de ellas nos guía hacia la confrontación y la muerte, la religión es según sus Maestros el camino para la paz y el entendimiento, el perdón y la confianza, la amistad y el compañerismo, solidaridad y la donación.
Todas las religiones tienen sus misterios y sus mitos, sus atuendos y símbolos, su coreografía es cargada y surtida de obras de arte, de aromas y silencios, de voces colectivas e individuales, cánticos y oraciones. Es momento, este es el momento es hora de reflexionar, creo que se debe aproximar todas las creencias en un gran congreso ecuménico, resaltar los valores comunes y eliminar voluntaria y conscientemente las discrepancias teológicas, existen verdades cercanas y fanatismos que distancian.
La PAZ es deseo de todos, razas, creencias, geografías, todos anhelamos la paz perpetua, idea nada original, pues, ya se proponía en 1864 en un proyecto académico universal promocionada exactamente por ideologías diferentes, políticas adversas en objetivos y propósitos, solo se podrá construir un mundo mejor cuando renunciemos voluntariamente a nuestras verdades consideradas indiscutibles, no estoy citando régimen, ni Estado ni creencia alguna, es hora de promover a la especie humana que es de naturaleza buena, receptiva, amorosa, solo falta que se induzca a las mismas a un encuentro afectivo posible.
Los Estados naturalmente deben ser laicos, respetando la voluntad de cada quien, que en libertad ejerza su opción, que el Estado promueva la convivencia pacífica entre las creencias opuestas, que los fieles contribuyan al mantenimiento de los mismos, que el Estado sea el promotor saludable de la existencia de religiones que tienen cimientos y fortalezas de valores que enriquecen la vida humana, ya no es posible el ejercicio de sacrificios inhumanos como la mutilación y el auto flagelo para honrar a un Dios con ansias del dolor para obtener el premio de un paraíso posible, la religión no es negocio de dar y recibir, es algo que está más allá de nuestras pequeñas pretensiones, es honrar al Dios de todas las creencias con nuestras conductas sanas, convivencia fraterna a pesar de nuestras diferencias, que nos enseñen la solidaridad y el amor al semejante como verdades posibles y no meras retóricas como métodos proselitistas, auxiliar al semejante necesitado como instrumento paralelo de las obligaciones del Estado, este debe ser el mediador natural entre las fricciones que surjan en su jurisdicción para apartar el desafecto y contribuir a la imposición de la tolerancia entre las partes, sin sangre , sin sufrimiento, sin dolor, con los deseos de una paz posible entre cercanos y distantes.
Deseo un mundo de paz, donde reina la armonía y el amor, donde se mezclan todos los miembros de las diferentes sociedades en un ambiente regado de luces y aromas, inciensos y mitras, velas en candelabros que iluminen los recónditos espacios de posibles enfrentamientos negativos queriendo imponer sus verdades como formas de marginar perennemente la maldad y el sufrimiento del género humano, hombres y mujeres, luchando como complementos naturales por un mundo mejor y posible, que sus descendientes se desarrollen en ambiente de amor y PAZ.
Desde LAMBARE – PARAGUAY, 10 de febrero de 2018
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario