sábado, 3 de marzo de 2018
La Discreta Nobleza
En el marco de las actividades diplomáticas nos encontramos con situaciones y circunstancias no establecida en los códigos, en las normas, a veces el protocolo ofrece sorpresa, como la que detallaré a
seguir, era un verano, Príncipes de la nobleza europea de visita oficial en un Estado de América Central, nos corresponde estar muy cerca de los homenajeados, conversaciones se suceden, las tradicionales presentaciones, algunas preguntas sobre el origen de cada quien, preguntas inocentes y respuestas infantiles, todo en su ritmo natural, hasta que en un momento dado por una cuestión de simpatía recíproca se intercambia conocimientos sobre cada uno, el Príncipe declara querer conocer de cerca el PARAGUAY, y mi natal ciudad de Itá, que la describiera con riquezas de detalles en cuanto a lo urbano y rural , de su gente, del diseño de su arquitectura colonial, de su templo de siglos que guarda tesoros incalculables siempre bajo la vigilancia severa de las autoridades eclesiástica de turno, de sus artesanos y trabajadores de oficio específico, como los sastres, zapateros, comercios de alimentos y limpiezas, rudimentarios y bellos en sus estampas de recuerdos, una plaza central con los edificios de los servicios públicos, Municipalidad y Seguridad Pública, de monótona función y cansina actividad, despertando en el interlocutor curiosidad e interés, la Princesa, de semblante sereno, mirada llena de bondad, piel clara y ojos verdes y brillantes, tímidamente se aproxima y acompaña el coloquio, juntamente con mi esposa dando fuerza y como es su peculiar estilo le extiende la invitación como promesa, los dos aceptan con una condición, desde que sea anónima, sin publicidad, sin periodistas, sin funcionarios oficiales, sin miembros del cuerpo diplomático, solo nosotros, en la casa de los LLANES TORRES, luego avisamos de la sencillez y calidez del hogar, cuando preguntan, que mes sería lo ideal, porque no le gusta el calor, que le parece respondo, el mes de julio que normalmente es cálido permanente, sin lluvias, luna llena y brillante, de día sol espléndido y por la noche estrellada y fresca.
Llega el mes de Julio, intercambiamos notas, fechas, horarios, viaje de reserva absoluta, llegar a la madrugada, es lo ideal, se informa a las autoridades nacionales, municipales y departamentales, para los recaudos pertinentes, seguridad, alimentación y servicios, transportes internos y todo lo concerniente a una rara situación como esta.
Informo lo anterior a mis amigos Adolfo e Israel, abogados de profesión, músicos de vocación, de la situación y las debidas reservas del caso, tres días completo, recinto cerrado herméticamente, aceptan el desafío y preparan las mejores canciones del repertorio del dúo, acompañado del bandoneonista Arrúa, el arpa de Paco, recién llegado de Eslovenia, con amplio y calificado repertorio de músicas folklóricas, regionales, universales y los tradicionales clásicos.
La noche llegando a su punto culminante, entrando la madrugada, se escucha en el silencio del ambiente de sueños, los motores del avión, que se esparce entre funcionarios y discretos miembros de la seguridad nacional, el suscripto y señora , maleteros curiosos e indiferentes trabajadores de cafeterías, limpiadoras en intensa acción, el Servicio de Protocolo con el rostro de desdibujada sonrisa, este servidor entre emocionado y feliz, mi esposa frotando las manos y arreglando los cabellos sin parar, pero confirma estar calma sin poder disimular su nervios.
Se abre las puertas del avión de pequeño porte, aparecen el personal de bordo, solicita nuestra presencia para las bienvenidas de rigor, el Príncipe con atuendo muy deportivo, simple y elegante, camisa de impecable blancura, todo combinando, pantalón beige, chaqueta azul marino y botones plateados, zapatos de un marrón clásico y bien lustrado, la esposa usando un conjunto de color gris, pollera y chaqueta, una blusa amarilla clara, zapatos de un mismo color marrón claro y cartera que le colgaba del hombro discretamente luciendo esplendida, bien maquillada para realzar la belleza personal y la elegancia propia de la nobleza.
Llegamos a Itá a las 04:00 AM la ciudad en silencio, los vehículos y sus ocupantes cada quien con su misión a cumplir y cumpliendo, la casa vistiendo su mejor atavío, flores naturales en la sala, el jazmín Paraguay con sus diminutas y perfumadas florecillas, las amplias ovenias dando su bienvenida con la fresca brisa, y la sorpresa en marcha, los amigos abogados-artistas ADOLFO e ISRAEL, el primero con su voz grave, expresiva y sensible, dando sus entonaciones de característica incomparable y estilo único, el segundo con una voz y presencia que envuelve con la mágica voz, es nuestro jilguero, una privilegiada entonación y un especial estilo de suavidad y pura sensibilidad, el arpa de Paco soberbia categoría ejecuta con virtud las 36 cuerdas y el bandoneón de Arrúa, del simpático instrumentista de muchas historias, de gracia, talento y dando al noble instrumento un complemento especial, la armonía precisa, vigorosa, la música paraguaya crece al infinito con estos artistas, ya llegando la mañana los Príncipes entran al aposento exclusivo y los músicos guardan los instrumentos y el personal de servicio cumplirán sus quehaceres y así correrán los días y noches de alegría, placer y conocimiento, Adolfo dando aulas de historia, de innumerables anécdotas e Israel siempre afinando su guitarra y cantando en voz baja, los visitantes nos dejaron el aroma de una presencia de modestia, de cordialidad, de generosidad y cultivó el afecto de todos.-
Desde LAMBARE – PARAGUUAY, 1º de marzo de 2018 .
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