miércoles, 20 de enero de 2010

ACTO DE LIBERTAD

ACTO DE LIBERTAD



En la esencia de la persona humana, existen elementos que jamas prescriben, en su intima naturaleza conlleva el elemento que lo hace diferente, es poseedora de DIGNIDAD y de LIBERTAD, no importa su condición, su raza, su origen, su genero, la sola condición de persona humana, denota su valor intrínseco, su valor en sí, su capacidad de recibir honor y distinción.
El acto de libertad, constituye y entraña la mayor perfección de los que se pueden realizar, pues, en ella se concretan dos facultades superiores, la INTELIGENCIA y la VOLUNTAD, en el acto de libertad se pone a prueba la conciencia moral de la persona humana, su capacidad de saber “que soy yo” y que represento en la construcción del hombre nuevo.
El hombre contaminado, intoxicado de tiempo ruin, teme la caída del templo del espíritu y ante los embates de las circunstancias se derriba, queden rocas sueltas y escombros por doquier, historias desparramadas, restos nada más, pero un cirio permanece con su lánguida luz, señal de vida en el altar del alma.
La inteligencia y la voluntad que posee el hombre nuevo, construirá y reerguirá el nuevo templo del espíritu, el Maestro símbolo del conocimiento - convocará a los aprendices y compañeros- que representan, la disciplina, la probidad, la perseverancia, la unión, y el esfuerzo mancomunado.
Maestros y obreros, trituran las rocas del templo derribado y preparan el cimiento de la nueva construcción, cimiento firme, “cimiento”, base y origen, fundamento y proyección del nuevo hombre para levantar las paredes, alegorías de valores morales, como la tolerancia, la paciencia, la lealtad, la flexibilidad, y vemos en el intenso trajinar músculos acerados, cerebros en movimiento, alma en fiesta, vemos levantarse el nuevo templo, el hombre caído se yergue, altivo, sano, feliz.
El edificio ya vislumbra su majestuosidad, ya tiene su imagen trazada, se preparan las columnas que sustentarán el nuevo hombre, se forma una nave que nos acerca al altar del alma. luces externas le imprime belleza y algo de divinidad, el INTELIGENCIA y la VOLUNTAD construyen con frenético entusiasmo el nuevo templo ya en su fase de conclusión vertical, falta cubrir la cúspide en un modelo que le da omnipotencia y solidez, está pleno el hombre nuevo, el altar del alma con todas sus luces que cintilan y le dan esplendor, es la nueva era del templo vivo con sus herramientas, métodos, formas, es la nueva figura del hombre/luz, del hombre/verdad, del hombre/pleno, que encuentra la excelencia en el pensar, sentir y actuar.
El nuevo templo erguido y silencioso, fuerte y solemne, que cobija amor, optimismo, responsabilidad, patriotismo, templanza y mucha esperanza.

Asunción, 31 de marzo de 2006