martes, 1 de mayo de 2012
EL MAESTRO
El día de la fecha en muchas partes del mundo se recuerda al Maestro, la persona más importante en el proceso de formación e instrucción de la sociedad donde presta servicio, pocos pueden vanagloriarse de pertenecer a esta clase, a este gremio, a este tejido social desteñido, tantas carencias, tantos abandonos, tanta marginalidad, en una colectividad que no se honra al Maestro ni se premia su esfuerzo, no goza de ninguna clase de privilegio y una retribución precaria al ejercicio de su vocación, duele y alarma, el Maestro que se intoxica de tristeza cuando recibe su remuneración que viene cargada de sobresaltos, como resultado de la irracionalidad de quienes deberían ser los responsables de que los Maestros obtengan el respeto y restablezcan la dignidad, son personas que dedican su tiempo y su salud al futuro de la nación, que suman sus sueños por una sociedad más igualitaria y libre, que ofrece su tiempo y su ánimo, su saber y su postura, que orienta e ilumina, que tiene el perfil de la bondad y la magnanimidad, su figura impone naturalmente admiración y respeto.
Sin embargo, la otra fase de la moneda, moneda sin valor, moneda sin prestigio, moneda que se le entrega a regañadientes por los que invierten para sumarse, en virtud de la ausencia del Estado, para cubrir integralmente la obligación educativa y que generalmente utilizan la expresión “sin fines de lucro”, cuando cada día se levantan predios para justificar los abultados ingresos y el falso sentido de una supuesta reinversión.
Apreciados Maestros, en verdad nada se tiene a festejar, nada se tiene para entonar cantares de dichas y logros, cada día la penuria se agrega a la existencia de carencias múltiples, da lástima ver a los Maestros esperando ómnibus para llevar su enseñanza a los centros educativos, generalmente cómodos para sus “clientes-estudiantes”, con vistosas decoraciones que estimulan el gasto educativo y promesas de un futuro de realizaciones y conquistas, y en ese escenario el Maestro exhibe su pobreza nada disimulada, sus desgastados atuendos, camisas con cuellos comidos por el tiempo, un portafolio ya perdiendo color y rigidez, su caminar encorvado por el peso de la marginación y de la injusticia. Existen países que gastan en armas en detrimento de la educación, las armas solo sirven para matar y la educación es vida, es esa la diferencia, formemos un ejército de educadores cuyas armas sean el conocimiento y los libros, abrir escuelas para evitar cárceles, debemos prestigiar al Maestro con una buena y justa remuneración, que cubran sus necesidades elementales de una vida digna y honorable, que se sienta feliz en el sagrado ejercicio de orientar, formar, iluminar las mentes en un ambiente de sana convivencia en el ámbito donde se enseña el camino de la paz, la libertad y la justicia, donde reine la fuerza del derecho y no el derecho de la fuerza como alguien ya afirmara.
Estas reflexiones reflejan una real situación de miles de educadores, cuando la falta de sensibilidad de los responsables por las políticas educativas están distraídos con otros menesteres y se olvidan de aquellos que le abrieron el camino de la curiosidad y del saber, es exigible por lo tanto, reconocimiento y no aplausos vacíos y ecos perdidos , vamos rescatar el compromiso de hacer posible que nuestros Maestros ocupen el sitial que la sociedad ilustrada le niega y le cierran las puertas del acceso a una vida digna.-
En el día del Maestro, San José, Costa Rica, 30 de abril de 2012.-
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