viernes, 13 de noviembre de 2015

Mesa Familiar

Tenemos viva en la memoria la mesa familia, de manjares compartidos, de risas y anécdotas que fluyen por doquier, no podía ser diferente con este servidor que recuerdo con mucha nitidez a los que diariamente nos encontrábamos en tan solemne ceremonia. La casa paterna era una construcción del siglo XIX, cuya escritura inicial fija el 17 de marzo de 1854 como primer propietario el Señor Lázaro Lacalle, de nacionalidad española, precisamente de La Rioja, hasta que transcurrido el tiempo le corresponde a mis padres la nueva escritura de fecha 1º de junio de 1938, una antigua edificación de gruesas paredes de adobe rojo, el techo elevado, varios dormitorios de enormes dimensiones, una cocina de material construida en el patio y su energía era de carbón, al lado de la cocina un pozo de aguas profundas, tenía mucha sal, fresca y potable, servía para el consumo y el riego de las plantas de mamá Nena, que cuidada con amor y mucho cariño sus rosas de distintos colores y aromas, el perfumado jazmín "Paraguay", cuatro plantas de ovenia con buenísima sombra, la parte delantera de la casa ocupaba la sastrería de papá Martín con sus ocho oficiales y ayudantes, la camisería y confecciones de mamá Nena y sus ayudantes, los dormitorios de los cuatro hijos, dos varones y dos nenas, Rubén, Teresa, Oscar y Blanca, después los varones fuimos a otra habitación que se conjugaban con el comedor, la sala y una habitación de huésped, todas confortables y bien ventiladas, el enorme patio con una tupida vegetación de diversos arboles frutales, mangos, naranjas, higos, manzanas, granadas, cubierto el patio con una vasta sombra de la enredadera con enormes uvas verdes y negras, también una variada huerta con tomates, pepinos que mamá Nena adoraba, , zanahorias, lechugas verdes y vistosas, rabanitos, y otras que no recuerdo con claridad, y que todas las tardes los hijos varones regábamos después de la practica deportiva en la calle con los vecinos. De nuevo nos encontramos en la mesa familiar, papá Martin en la cabecera, Mamá Nena luego a su lado derecho, después mis hermanas Teresa y Blanca, mis primos Julián, Catalino, Sabina, Mercedes, Cacilda y el Tío Severiano, en la cabecera opuesta mi hermano Rubén y a su derecha este servidor, a mi lado la Abuela Magdalena, siempre muy elegante y llevaba su deficiencia visual con mucha autoridad y solvencia, hablaba con suavidad y manejaba las manos con destreza, con su traje típico el "typoi" una blusa cómoda y confortable, figura de elevada estatura, delgada y una pollera que le cubrían los tobillos, usaba alpargatas en todas las estaciones, de visita Tio Pelí y los primos Pablo y Eladio de Arrua-í, de la periferia de Itá, estos primos estudiaban en la Escuela primaria República de Costa Rica como todos nosotros, después se incorporaban nuestras primas que venían de Luque en las vacaciones antes de mudarse definitivamente a Ita, Olga, Corina, Alba y Gerónimo , bajo la severa atención de Doña Antonia que era la encargada de la cocina y Don Pascual que cuidaba de las vacas y del torito pampero, siempre cerca estaba mi mascota Terry,como pueden imaginar la mesa era enorme, los blancos manteles, la ruidosa y siempre novedosa participación de Mamá Nena, de vez en cuando se interrumpía la algarabía por la llamada de un molesto vendedor que ofrecía sus productos en tan inapropiada hora o la búsqueda de un vecino del consejo o mediación de Papá Martín sobre una controversia familiar, nada oportuna para un calor del medio día y de cuarenta y dos grados a la sombra, generalmente solicitaba agua fresca o para compartir un "terere"(infusión de yerba mate y agua helada) habito ancestral en el Paraguay.esta divertida y variada mesa se llenaba de voces con historias verdaderas y falsas, los últimos chismes políticos y anécdotas de personajes folclóricos de la ciudad, Después del ruidoso almuerzo el silencio de la siesta obligatoria, un calor escaldante, la ciudad en total reposo por dos horas, las actividades se reanudaban a las tres PM, con los rostros somnolientos, pausados y cansinos caballeros que circulaban en mutismo total, las damas con cantaros de arcilla sobre las cabezas, casi ningún movimiento de vehículo, solo algunas lentas carretas movidas por mansos bueyes o algún tordillo arisco que circulaban por las polvorientas calles con un sol que va cayendo de a poquito. Debo detenerme por aquí, no me gustaría abusar de la paciencia de nadie, solo era mi intención retratar un momento de la vida familiar en la calidez de la memoria sobre la "mesa familiar" en mi ciudad natal Itá- Paraguay, hoy 12 de noviembre de 2015.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario