martes, 24 de mayo de 2016

Ausencia de Paz, Prosperidad Postergada

Recibo una correspondencia de sumo interés colectivo, enviada por una entrañable lectora y crítica, es un material referente a ” Medio Oriente, la madre de todas las crisis humanitarias” de Baher Kamal, referente a la “Cumbre Humanitaria Mundial” celebrada en Amán en marzo de 2015,como preparatoria de la de Estambul, respectivamente, la pregunta natural es ¿Por qué esta región?, la contestación nos tiene la propia Organización de las Naciones Unidas(ONU),que considera “la vida de millones de personas ,de Libia a Palestina y de Yemen a Siria e Iraq, quedaron destruidas por la violencia”, sin olvidar los muertos verdaderos en la lastimada zona citada, afectadas por los conflictos , los desplazamientos, los traumas múltiples que se instalan en las mentes de niños, jóvenes y adultos. En este tiempo de conflictos esparcidos por el planeta , conflictos bélicos por cierto, existen personas que sufren estos males en mayor proporción de las ocasionadas en la segunda guerra mundial, citar por región las informaciones proporcionadas por la ONU no tendríamos espacios en nuestra Revista CAMBIO POLÍTICO. el dramatismo es asustador, la UNICEF /ONU informa que cada dos segundos un niño o una niña nace en una zona de conflicto, así como Medio Oriente es el hogar o el lugar de procedencia de una de cada tres personas refugiadas o desplazadas en el mundo, recordemos que Medio Oriente está constituido por 22 Estados Árabes e Israel, no nos referimos a las regiones de Afganistán y Pakistán… Vivimos, por lo tanto, en desencuentros armados que multiplican las ganancias de los fabricantes de armas. Existen noticias de los centros de investigación de armas, donde se instauran diariamente los frutos del ingenio, la creatividad, la misma inteligencia al servicio de la muerte, regiones enteras tienen a sus poblaciones vinculadas a la fabricación de armas, estructuras montadas en las altas esferas gubernamentales para la sensibilización a los efectos de disponer la adquisición de tan nefastos utensilios de la mortandad, de la pobreza, del mal que fracturan familias, ciudades, reliquias históricas destruidas por desastres provocados por enfermas mentes que utilizan las malditas armas, que manejan personas que tienen familia, adquirieron bienes para una existencia tranquila y ¿será posible ser feliz? , con esposa e hijos en edad escolar, con vecinos , que frecuenta iglesias y cuya profesión es reconocida como servicio a la patria y es merecedor de medallas y condecoraciones, lucen vistosos uniformes, con las mentes pobladas de muerte, de fantasmas que saltan divertidos en sus espíritus en sus noches ausentes de insomnios, duermen con placidez y aman sus actividades de servidor y guardián de la nación, Considero que en un mundo que hace necesario cuidarse de los otros, vigilarse mutuamente, incluyendo los servicios religiosos para recibir las bendiciones de las divinidades, y todo para satisfacer a los vendedores de armas, de los inventores bélicos de prodigiosa imaginación para producir herramientas para la muerte, individual y colectiva, llevando en su mensaje de dolor, odio, enfermedad, traumas y quebrantos en el seno de regiones pacíficas por el planeta. Deseamos un mundo de paz, de trabajo decente, formal, de ingenieros construyendo puentes y no armas, fomentar la lectura y la mirada puesta en un futuro sin desencuentros, ya decía el poeta salvadoreño, Roque Dalton, “ no quiero enfrentarme, quiero estar frente a frente”, ver jóvenes preparándose para el mundo del mañana, sin conflictos, sin enfrentamientos, bajo la égida del respeto y del reconocimiento del otro en dignidad y condición, dedicarse al estudio y a la educación que comienza en la primera escuela, “el hogar”, sin la existencia de muros y barreras que nos separen en cualquiera de las dimensiones, del crecimiento en valores, de metrallas silenciadas para siempre, sin amenazas y sin rencores, de jóvenes preparados para el ingreso a las Universidades y no a los que sirven a la muerte, no al que se presta a contaminar almas y ríos, a sembrar amor y llevar luz donde reina la oscuridad, la pobreza, la enfermedad, todos los seres humanos tenemos derechos a la dignidad y al trabajo digno, que se cierren las fabricas de armas, libros en lugar de tanques, profesores, maestros felices, con remuneración para satisfacer sus necesidades y porque no algún privilegio, el que enseña, dedica su tiempo a construir y no a destruir, de repartir bondades en un ambiente seguro y feliz. Hacemos una mirada alrededor, con un entorno que nos gustaría sea sin miedo y en confianza, con fábricas produciendo alimentos y bienes al servicio del hombre, con educación gratuita en todos los niveles, el acceso de la humanidad al disfrute de los bienes producidos por la imaginación y creatividad, la razón y la sensibilidad humana para la alegría y el placer de todos, sin muertes, sin desplazados, sin huérfanos/as, con padres felices y gobiernos preocupados por el bienestar de todos y que la PAZ sea realmente el camino.- Desde Asunción – Paraguay, 24 de mayo de 2016.- Obra Consultada: “Medio Oriente, la madre de todas las crisis humanitarias”, por Baher Kamal.-

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