martes, 23 de agosto de 2016

El Valor del Dialogo

Paraguayo DIALOGO, se dice del acto de compartir una idea, igual o contraria, una opinión, deliberar un concepto, discrepar puntos de vista, establecer una conversación civilizada entre dos posturas, concesión entre opuestos, lo opuesto es el “monologo compartido” según el sacerdote español, Francisco Lukas, donde prevalece una sola voz, una sola idea, una sola opinión, que por una actitud arbitraria y dictatorial muchos aplauden y comparten, en una sociedad de seres pensantes es muy peligrosa la unanimidad, especialmente en debates de carácter político, religioso, sindical, hasta deportivo, el valor del dialogo la consagramos en el ejercicio de un laboratorio lógico activo, maduro, respetuoso, reconociendo en el oponente virtudes y defectos, ideas que fueron analizadas y rumiadas en el tiempo y espacio adecuadamente, resolviendo, que el criterio que fuera aprobado es lo mejor entre varias opciones y cuando las ideas se ponen frente a frente, con argumentos precisos, vocablos y gestos bien estudiados, expresiones que justifican persuasión y llegar al convencimiento. El ejercicio del dialogo nos señala los grados de civilización y el gran problema de nuestro tiempo, la ética, que deben ser observadas en las decisiones y el combate de ideas, porque en ella está sustanciada la madurez y los objetivos pretendidos por las partes en una disputa que se esgrimen toda clase de argumentos, falsos y verdaderos, donde se utilizan principios y emociones, firmeza y presencia de debilidades, encuentro de posturas a los efectos de lograr las metas pretendidas, los objetivos anhelados y posibles, es recomendable siempre la cesión de intereses por el bien común, una idea no puede anular la otra, pues, es convicción de los gladiadores en el manejo de las herramientas adecuadas, en el dialogo es fundamental el respeto, la cordura, evitar los gritos y las expresiones exacerbadas que mutilan y elevan las emociones al descontrol y el dialogo se transforma en ofensa y diatribas inútiles que llevan al ángulo indeseado en el cuadrilátero imaginario que resultan las partes golpeadas y marcan las cicatrices de los golpes dados y recibidos. La persona humana como ser activo y autor de su propio camino en la búsqueda de una mejor existencia desafiando constantemente la adversidad, como sujeto de su propia historia se constituye en un ser creativo, consciente, ameno en cuanto a la forma de exponer sus pensamientos y la capacidad de construir un nuevo ser con los cimientos sólidos para levantar el edificio de una personalidad de su tiempo, con la suficiente capacidad de tolerancia, perseverancia, con las virtudes y competencias que indican su grado de perfección, lo fundamental en el dialogo es la enseñanza, el aprendizaje mutuo, la paz entre las partes, la superación de conflictos, sin crear enemistades estériles y viciadas, conservar actitudes críticas no significa merma de logros, simplemente es toma de conciencia, confirmar opciones, mejorar y perfeccionar las posturas, ejercitar mejor las vocaciones y conocer nuevas informaciones sobre los propósitos y objetivos, encarar de frente las debilidades y actualizar las tareas en el tiempo de su propia época, porque la existencia es cambiante y la realidad por lo tanto es mutante, galopante diríamos, cultivemos el dialogo como un factor capaz de mejorar el entendimiento humano. Desde Asunción , Paraguay, 22 de agosto de 2016.-

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