martes, 30 de agosto de 2016
Padres Tóxicos
Recibo un material de mi amigo Francisco, de Dallas – Texas, de la Escuela de Padres, y me llena de preguntas sin respuestas, de comprobada actualidad, de reconocimiento diario, fuente constante de observación, resultado de fracturas familiares, hogares deshechos, uniones conflictivas, hijos abandonados a su suerte en una sociedad que castiga, que cobra, que premia postizamente con halagos y otros beneficios generalmente con regalos para silenciar aflicciones y angustias.
Estudios realizados en diversas instituciones superiores de los Estados Unidos de América del Norte, y que se podría analizar en cualquier geografía de cualquier continente, esta realidad que aumenta en cantidad y con los contornos propios de cada localidad, en el marco de los ricos y de los pobres, de los profesionales liberales o de artesanos, en regiones pobladas y desérticas, la encontramos en cualquier esquina donde exista grupos familiares específicos, situación reprochable y condenable, que amparados legalmente por la famosa figura de la “patria potestad” existen padres que abusan, inducen, obliguen, exigen a sus hijos que se impliquen en la delincuencia, no llevando en cuenta creencias religiosas o valores comunes de la sociedad, hijos que obedecen, por obediencia mal entendida, claro, por temor, por ignorancia, o por miedo de enfrentarse a situaciones que puedan llevarlo al castigo físico, y así, siguen y siguen haciendo lo que los padres le incitan o inducen, a cometer acciones delictivas, hijos maleducados frutos de padres tóxicos, de malos ejemplos, ausencia de afectos y orientaciones responsables, hijos envenenados, lógicos que los resultados se harán bajo disculpas, y excusas, sin la debida medicina por extemporáneas medidas.
Los caminos a recorrer por estos hijos que no pueden honrar a sus padres, irresponsables, con hijos sin glorias, sin la posibilidad de ser héroes, ni de causas perdidas, los arrepentimientos no se tendrá, pues, la intención desaparecerá la auto culpabilidad se alejará más y más con el tiempo, cuando los hijos ya partieron en busca de sus propios destinos generalmente fangoso, enlodado, con el alma fracturada y el espíritu en “curuvicas”( triturar)donde el joven adulto no sabe de su martirio psíquico, violento, irresponsable, maleducado, que estas causales del desamor tiene su origen en la toxicidad paterna, inculcada en desde la primera infancia y alojada en su ser e por vida, y en el giro de la vida permanecerá y se repetirá al el fin de los tiempos, no se puede tratar este terrible mal por desconocer en la intimidad el comportamiento de los padres tóxicos, es difícil interponerse ante estas situaciones, porque se reduce a las cuatro paredes de un hogar desencantado, a la fuerza no se puede inducir al amor, al afecto, a la donación espiritual en la familia, el papel de las iglesias, de las parroquias, de los clubes, de las asociaciones de padres, de las instituciones de enseñanzas públicas y privadas.
Es de bien nacidos el ser agradecidos con los padres, es difícil detectar los límites, los testigos de estas crueldades desaparecen, nadie quiere involucrarse en estos malévolos actos, decir “basta ya – hasta aquí” a estos modelos de manipulación psíquica, amedrentamiento y otras formas de castigos que se utilizan en los modales de padres que se construyeron también en un medio tóxico, los beneficios se lograran enfrentando el mal, cambiando de actitudes, todos somos responsables de alguna manera permitiendo la existencia de estos comportamientos enfermos en nuestro entorno. Se hace una sugerencia, que los propios familiares, profesionales sociales, religiosos, médicos, abogados, que estos profesionales integren su ciencia con la moral familiar, consideramos que los beneficios serían valiosos.
Desde Asunción – Paraguay, 28 de agosto de 2016
Fuente consultada:
Francisco@micumbre.com
“Escuela para Padres”
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