viernes, 7 de junio de 2019

Rivalidad Deportiva

Cronicas de la Ciudad de Ita Un domingo pleno, sol, calor, bullicios en las calles, en el mercado municipal comentarios sobre el encuentro entre los dos afamados rivales Sportivo Iteño – Olimpia de Itá, los comerciantes y los consumidores en acaloradas discusiones, gritos y ofensas, subidas de tono, en la misa central de las ocho AM, la nave central en dos filas paralelas, de un lado olimpistas y del otro sportivistas, más parecía una Sinagoga de antaño, hombres de un lado mujeres del otro; El sacerdote Padre Gamarra, en una soberbia alocución exprimía la idea de concordia y afecto entre opositores, no son enemigos, son adversarios, muchos no aceptaban ,otros, complacidos con la idea de hermanar a los contras. Era día de festividad, alegría, el pueblo se cubría de contentamiento, se respiraba un ambiente de algarabía, Altavoces “La Golondrina” de Papi Paredes emitía sus cuidadas recomendaciones, es deporte no es guerra afirmaba Papi, con fondo musical del Club Olimpia y luego del Sportivo Iteño, relataba historias de las glorias de cada equipo, recordaba a las famosas figuras de cada uno, se muñía de abundante material para respaldar la emisión de aquel, la ciudad adquiría un brillo especial, el comercio agotaba sus bebidas espirituosas, las familias se reunían en torno a una mesa común de rivalidad compartida. La rivalidad era tanta que, cual Romeo y Julieta, no podían amarse libremente porque sería una herejía a los colores de cada equipo, era un consenso aceptar esta norma no escrita pero que se obedecía a “rajatabla”, mi madre Amada Torres de LLanes cocinaba su famosa tallarinada que se servía a los jugadores y aficionados, directivos y familiares, con la Orquesta Típica de los Hermanos Villalba y la voz inconfundible y vibrante de Abraham Areco Gómez, con las músicas típicas de la patria y la de los tradicionales adversarios, la ayudante de mi mamá era Antonia, que pertenecía a la parcialidad de los Olimpistas, ella permanecía en silencio, sin hacer ningún comentario cuando estimulada a dar una opinión al respecto del encuentro de más tarde, empate decía para todos, todos coincidían que el árbitro designado no merecía la confianza de ambos directivos y aficionados, los antecedentes de estos tradicionales encuentros era una constante , peleas y discusiones, abrazos y ofrecimientos que no disminuía en intensidad, a cierta distancia una nada discreta divergencia entre que jugadores deberían componer el primer equipo, que el lateral derecho se proyecta mucho porque Pepito Struway era más delantero que defensa, afirmaban Don José Acosta con vehemencia y respondía con los agitados brazos, con cierta dosis de una espirituosa nacional, Toquilo, de familia muy reconocida en el futbol local, nacional e internacional, que le daba cierta autoridad, una silla en mano dando vueltas en el aire amenazaba a Don José, contador de profesión, ya de cierta edad, es un vencido naturalmente en cualquier disputa corporal o algo que exija movilidad del mismo , todos atentos al desenlace, y mi padre Presidente del Club Sportivo Iteño; Intervino, con autoridad dispuso que termine la discusión, porque “qué dirían los olimpistas”, que siempre tienen espías para observar , analizar las posturas de estos aficionados sin educación y sin reglas de convivencia, termina el ofuscado enfrentamiento en un prolongado abrazo, y los gritos de la parcialidad animada y ya bien nutrida en aquel momento , ya se aleja el técnico Mellones, antigua valiosa figura del Club Guaraní de la capital, estrella en una época del fútbol azteca, México, el Club Atlante , era de porte enérgico, moreno, frágil figura, andar firme y altivo, mediana estatura, voz autoritaria, era un Maestro del balón, seguido de sus jugadores en fila india se dirigen al vestuario, seguido discretamente de un fanático del Sportivo Iteño, conocidos por todos y era una persona del folklore local, era el estimado y muy bien querido Rubio Ñu, panadero de profesión, voz gruesa y bien moreno, que amaba y dedicaba su existencia al Sportivo Iteño , no se le conoce pareja, la vida afectiva era un misterio, exhibía con orgullo su fanatismo, cuando se tenía una derrota evitaba hablar y se mantenía mudo por unos días, hasta la siguiente victoria que lo tornaba locuaz, juguetón e inventaba travesuras inocentes. EL equipo visitante en este día era Olimpia, entraba al campo de juego, con el griterío de sus aficionados, recibidos en el medio del cuadrilátero por los árbitros, quien informa de las recomendaciones de la FIFA a los capitanes, el Sportivo Iteño, entró al escenario comandado por Pedro Jiménez a la cabeza ,con un público entusiasmado, ruidoso, con trompetas y tambores, los más agitados aficionados se concentra en la familia Samaniego, algunos miembros de la familia son estrellas en el Sportivo Iteño, los vendedores ambulantes se confunden con el público, ofrecen toda clase de alimentos y bebidas típicas y algunos sabores especiales para niños.El espectáculo sigue su curso, termina el primer tiempo 0x0, se inicia el segundo tiempo, es emocionante, la rivalidad aumenta , las ofensas se hacen públicas, el estadio no tenía graderías, nos amontonábamos al borde del campo, la línea bien marcada impedía avanzar, de un lado Sportivo Iteño del otro lado Olimpia de Itá, la disputa en algún momento se vuelve ríspida, violenta, áspera, el árbitro con serenidad aplica las sanciones que no se discuten, llevando así hasta el final en un cómodo resultado, “empate diplomático”, que agrada a las dos parcialidades que se retiran en tranquilidad y la habitual convivencia fraterna de siempre hasta el próximo encuentro de estas dos rivalidades futbolísticas.- Desde LAMBARE – PARAGUAY, 4 de junio de 2019 Me gusta Mostrar más reacciones Comentar Compartir Comentarios Oscar B. LLanes Torres Escribe un comentario...

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