viernes, 17 de marzo de 2023
MERCADO MUNICIPAL DE ITA
MERCADO MUNICIPAL DE ITA
Oscar B. LLanes Torres
Llegando a la ciudad de ITÁ a cualquier día y hora, recomendamos, acercarse al centro, donde en un
simétrico cuadrado se encuentra una construcción de indefinida arquitectura y de varios comercios y comerciantes, todos conocidos y vecinos, una pluralidad de orígenes, árabes y españoles en su mayoría, paraguayos y sirios. Con sus específicas actividades, con sus nombres y apellidos, disputando clientes en harmoniosa rivalidad, ventilando sus precios y calidad, entre los comerciantes con su salón y otros modestos acomodados en los corredores como abuela Elisa, se disputan las clientelas de los más singulares productos en sus espacios propios, desde diminutos objetos envueltos en papeles rojos y otros bien visibles expuestos de llamativas maneras, como los ofrecidos por Ale CHANSIN, árabe de una delgada figura, alto y de buen vestir, serio y amable, cordial con los niños y ameno con los adultos respetuosos con las damas, a su lado el hijo de Don Salvador HU, nunca se supo su nombre, era simplemente hijo de Salvador HU(negro), y así sucesivamente alrededor del predio y sus amplios corredores.
En el interior mesas y exhibidores propios, cada quien con lo suyo, había venta de carnes, como Doña China de Ruiz Díaz, señora muy distinguida con todas sus hijas profesoras, una de ellas mi profesora la llamada KIKA, severa y muy amorosa, después Doña Gabriela la vendedora de la más rica empanada, de quien fui secretario para saborear gratis algunos de sus productos, después otras señoras que vendían menudencias con sus explicaciones de rigor para ofrecer las vísceras, una llamada librillo afirmaba ser para el cerebro y ser inteligentes, otras que preparaban las comidas para el almuerzo, porque se acercaba la hora para dicho efecto, los platos típicos, con el acompañamiento infaltable la mandioca exhibida en sus blancura sabrosa.
Fuera del interior del Mercado, el popular “shopping” de los muchachos, se encontraba Doña Valentina, durmiendo en el suelo al parecer confortablemente, con sus guardianes de siempre sus perros de razas indefinidas, afirmaban como “delmer” sus orígenes, los asnos amarrados en postes esperando a la dueña, carretas vacías con sus bueyes pastando, gallinas, cerdos, vacas lecheras, el trapiche en plena y eterna vuelta despidiendo de su interior el jugo de la caña de azúcar que denominábamos “mostos”, y sus soñolientos cuidadores, de poco hablar y ojos de sueños permanentes de miradas perdidas acomodados en muebles sin sentido y forma, pero útil para el descanso.
El amplio terreno con sus distintas finalidades, con algunas paredes instaladas y abandonadas, con recomendaciones muy apropiadas como la de “prohíbo orinar” multa 20 mil guaraníes, había también un pequeño campo de futbol para disputar encuentros barrios contra barrios, y dos técnicos adultos y de espantosa amistad rivalizada durante los encuentros, Don Ismael Chansin y Don José Jacquet, de rigurosa actividades personales, uno policía y otro miembro de la municipalidad y sastre de profesión, el desdibujado estadio se llamaba Club Helicoptero, porque un día el Presidente Stroessner en visita al pueblo posó su máquina para admiración y curiosidad de niños y adultos.
El día cae en su lento atardecer, con el Mercado vacío y en silencio, gritos de niños jugando en los alrededores y adultos preparando el sano descanso, para el posterior comentario de la noche, Itá vuelve a su reposo de una ciudad, agitada, prospera, inquieta y muy feliz, así la guardo en la memoria.-
LAMBARE, 17 de marzo de 2022.-
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