martes, 5 de marzo de 2013

PODER JUDICIAL

Todo Estado Soberano debe poseer un Poder Judicial, autónomo, técnico, a partidario desvinculado de toda acción y actuación partidaria, es difícil no tener una posición política/partidaria, pues, lo peor en cualquier ser humano es ser un analfabeto político, como afirmara el escritor, Bertolt Brecht tampoco se lo puede cercenar la opción de poseerla, sin embargo, por una vocación profesional opta por aceptar el anonimato político/partidario. Es opinión de quien suscribe este material que ser parte de un Poder Judicial en sus distintas esferas de actuación, sea un funcionario administrativo, un Magistrado o un Ministro, todos deben y tienen conciencia de que la vida partidaria del mismo esta sesgada, la debe ejercer con suprema discreción y absoluta convicción. Cuando un miembro judicial renuncia a la condición señalada deja una sensación de amargura y generalmente carente de real vocación del ejercicio del derecho, cuando siendo parte de un gremio partidario ostensible se torna parcial, propio de quien tiene una sola visión de los acontecimientos de su jurisdicción, donde predomina la emoción y generalmente con un dejo de fanatismo, que nubla la mirada del personaje en análisis, la razón y el buen criterio que debe predominar en un técnico del Poder Judicial, del profesional de uno de los Poderes de la República, la percepción del suscrito es que la Carrera Judicial debe ser carrera y no un simple empleo temporal, transitorio, carente de estabilidad y propensa a las sutilezas de la corrupción en sus más variadas esferas, ingresar al Poder Judicial es un compromiso de fe, de renuncia a muchas satisfacciones consideradas superfluas para ser un profesional dedicado al ejercicio del derecho en su más elevada expresión, donde la sociedad o mejor los contribuyentes delegan sus esperanzas de recuperar un derecho, restablecer la armonía en un conflicto, otorgar seguridad a las partes en juicio, en fin devolver la paz a quien se sienta amenazada, por lo tanto, es tanta importancia que los miembros del Poder Judicial tengan la seguridad jurídica en el ejercicio de sus funciones y con una vida repleta de probidad y decencia llegue al final de su actividad profesional con la conciencia tranquila y digna de una jubilación honrosa y orgullo de la patria , de la sociedad y de la propia familia.- San José, Costa Rica, 5 de Marzo de 2013

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