miércoles, 15 de agosto de 2018
Libertad o Soledad
Dia de sol. esplendido clima, el invierno da una pausa, el “Tajy” o lapacho, la ciudad capital se viste de fiesta, un colorido vigoroso, amarillo, un rosado cautivante, un pulcro blanco, cubren las avenidas, las calles, los más discretos pasajes, en rigurosa fila indiana adornan la capital de la República del Paraguay, Nuestra Señora Santa María de la Asunción que estará cumpliendo años, son más de 400 años, y ella continua linda, joven, con disimuladas arrugas las hace más atrayente, sus miembros se adueñan de sus plazas, para distribuir contentamiento y dar las bienvenidas al forastero, con ellos entrelazamos amistades y proyectos, existen encuentros y desen cuentros naturales, los centros comerciales se pueblan de colores y luces, la ciudad se agita y recibe con serenidad a sus hijos de aquí y de otras geografías, realizo una pequeña interrupción a los pensamientos sobre este instante en una plaza del centro histórico , los ojos circulan su curiosidad alrededor y un compañero ocasional se aproxima, y como es común entre los paraguayos, silencios no perduran por mucho tiempo entre desconocidos, desde los más triviales temas, deportes, política, religión, las maldiciones a los personajes públicos, a los deshonestos que también existen por estos lugares, de las pérdidas de valores y de los cimientos tomados por las termitas sociales, las quejas sobre los medios de comunicación que no cumplen su misión, por suerte, afirma el compañero de ocasión, no tenemos censura, la libertad de los medios ,dice, muchas veces me asusta.
Cuenta nuestro interlocutor su historia personal, su inquieta libertad, o su tenebrosa soledad, es viudo, con hijos crecidos esparcidos por el mundo, es jubilado, ex funcionario público de uno de los Poderes del Estado, no dejó espacio para indagar de que poder, hablaba sin parar, como descubriendo el espacio que siempre deseaba desde que falleció su amada, que era compañera, amiga, amante, solidaria y amorosa, exigente y vigilante, no admitía dividir sus amores, marido e hijos, no le agradaba las figuras conocidas como “nueras”, hoy llego a la casa la hora que quiero, salgo cuando deseo, es una libertad que no conocía, por otro lado, asusta el silencio cuando retorno a la casa, ella es fría, solo tiene ecos, las habitaciones cerradas y cuando las abro siento que el silencio golpea el rostro, los libros de la biblioteca que cubre las paredes están acomodados en orden y con fichas para localizarlas cuando la necesidad exige, es el amigo silencioso que espera paciente, recurro al vetusto aparato de reproductor de sonido para llenar la casa de músicas de la predilección, los clásicos folklóricos, la oficina que es una parte de la casa que más se frecuenta, ella es ordenada, mantiene su armoniosa ubicación, de temas de derecho, política, psicología social, economía, teatro, clásicos de la filosofía universal, sociología y abundante novelas nacionales e internacionales, acomodado en un confortable sillón la mente se cubre de risas e historias, anécdotas y retazos de otras geografías, es allí donde surge la sentencia de una vida es “ libertad o es soledad”.
LAMBARE – PARAGUAY 12 de agosto de 2018
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