martes, 12 de noviembre de 2019

Fracturas en el Continente

Haciendo un distraído juego con el mapa geográfico de América, salta a la vista los avisos que algo raro sucede, regresan los movimientos populares, la izquierda demanda con furia sus objetivos que después desconocen, la experiencia es muy reciente en varios rincones del continente, los disturbios violentos, las agresiones se multiplican, los incendios que consumen edificios y vagones de trenes que se vuelven cenizas, ómnibus del servicio público desmantelados, se declaran inutilizados por los daños, las personas golpeadas, heridas en su integridad física, sufriendo manifestantes y policías las golpizas nada edificantes ni democráticas , ver los daños al patrimonio nacional y particular es escalofriante, los bienes públicos y privados destruidos en su máxima expresión. Los gobiernos tambaleantes, las demandas son legítimas, se exigen alimentos, democracia, salud y educación, trabajo y libertad, libertad en su modelo democrático y los regímenes autoritarios en su visión y óptica utilizada por los académicos de ciencias políticas, coincidiendo en un derecho fundamental en cuanto su ejercicio valor intrínseco del ser humano. Estas manifestaciones son frutos de una explosión contenida por algún tiempo, la resistencia del ser humano tiene límites, las ideas, los debates enardecidos y sin ningún control, el uso de la autoridad se vuelve represión y la opinión pública se desorienta y está confundida ante tanto vandalismo, que es manifestación de delincuentes, es una lástima que el continente sea sacudido por semejante descontrol y ausencia total de civismo de quienes mantienen el poder y los que buscan lograr de cualquier manera no importa la forma ni el modelo, es un retroceso histórico a todas luces, la sociedad civilizada ya no quiere ni desea muertes , tampoco violencia, que las ideas se encuentren con otras ideas en un marco de civilidad y altura social, el Estado de Derecho así lo exige, si queremos un continente democrático debemos velar de conservar la armonía, la salud mental, el libre debate de las ideas, con solvencia y madurez. En algunos Estados los ánimos exaltados en ruidosas manifestaciones que nos recuerdan las décadas del cincuenta y sesenta, con sus estribillos de paz, democracia y libertad, el retorno mental a esas ingratas horas de peligro, de insensatez, de quebrantos y malos augurios, de dolores múltiples individuales y colectivos, en la actual coyuntura se revive los que parecían sepultados por siempre en el continente. Es hora de volver a los cauces democráticos, serios, honorables, rechazar las perversas manipulaciones de tan triste memoria, es hora que las ideologías comprendan su real valor, marginando los contubernios y los inconfesables secretos, de líderes postizos, los usurpadores del poder dejando agachados a pueblos y poblaciones enteras que el sufragio sea la manifestación de voluntad de sus ciudadanos. Desde LAMBARE – PARAGUAY, 12 de Noviembre de 2019

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