miércoles, 4 de diciembre de 2019
La Diplomacia Como Actividad Profesional en el Siglo XXI
La diplomacia en este tiempo es útil, es ventajosa, es una profesión consagrada, es intensa en su contenido, es fascinante, su concepto académico se refiere “La diplomacia es una actividad profesional para asesorar la conducción de la política exterior por medios pacíficos, principalmente la negociación, el consenso y el compromiso”.
Se tiene dos visiones de la diplomacia profesional, una es la “real” y la otra “ la idealista”, nos reservamos el derecho de comentar la diplomacia realista, la que se ejerce profesionalmente, llevando en consideración el servicio a la patria, el cuidado de sus intereses, la profesión plasmado de observación y cuidado, soporte académico elaborado, con mucha sensibilidad manejando el conocimiento profundo de sus representados, la diplomacia dice (Fernando Petrella, argentino), es una suerte de “ arma contra una existencia de selva”, se ejerce entre personas ilustradas, preparadas, con diferentes intereses, encarna la patria en su postura, en su lenguaje, en su silencio, en sus ademanes, es el actor cuyo escenario son los palcos del mundo.
Su circunstancia es muy peculiar, ella aproxima a personas y Estados, es factor de convivencia, rechaza la presión y su objetivo siempre es la paz, la sustentabilidad es su misión, su logro es que las partes deben ganar algo, nadie debe perder no ganar todo. En todas las regiones convive con la incertidumbre y la inestabilidad, que perjudican construir relaciones de amistad y cooperación materias primas para conservar la paz en el marco natural de sus promotoras, la ONU, la OEA, MERCOSUR y otros organismos regionales y universales, una de las facetas de la diplomacia es la cercanía con el poder político, económico, cultural etc, variando tensiones que ponen en peligro al dialogo.
Hoy la realidad que se tiene, es muy particular, la variedad de actores, la multiplicidad de escenarios y el complejo de las relaciones culturales, y especialmente los organismo internacionales no estatales sin olvidar a los actores no estatales ilegales, como el narcotráfico y el terrorismo cuya solidez se manifiesta a cada instante en cualquier geografía dentro o fuera de las fronteras específicas.
Estos conjuntos de factores , ligeros e indefinibles, la diplomacia actual busca nuevas maneras de focalizar y encontrar los fenómenos que se vienen sucediendo en el planeta, esto se hace difícil su manejo, razones que exigen la formación académica y profesional del diplomático conocido como de carrera, evitando la improvisación, es traumática la entrega de estas tareas a los improvisados, pues, conjuga esfuerzo/acciones diplomáticas entre los actores citados adheridos al sistema internacional, sin mucho conocimiento poniendo en peligro las soluciones de temas cruciales mediante la negociación, el consenso y el compromiso.
Concluimos con el concepto de la “Gobernanza global”, que no requiere “uniformidad” pero exige un mínimo común denominador aceptado y practicado como en el caso de los derechos humanos y libertades fundamentales.
El diplomático de hoy debe estar siempre bien informado de lo que sucede en el país ante el que está acreditado y en todo el vecindario.
El diplomático de nuestro tiempo debe ser un profesional completo, sin fisuras emocionales, comprometido con la ética y la conciencia plena del ser nacional, ser informado, o mejor, insustituiblemente bien informado, con cualidades personales de idoneidad, pulcritud, transparencia, equilibrio y una elevada dosis de dignidad serán los elementos que maduren su profesional madurez, factores determinante del éxito o fracaso de una gestión diplomática.-
Desde LAMBARE – PARAGUAY, 2 de diciembre de 2019.-
Fuente;Fernando Petrella, argentino, IDEAS REVISTA UNO(07-2014)
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