sábado, 24 de julio de 2021

ACADEMIA TENIENTE

La calidez rural de Itá – Paraguay, en su placidez natural de aquel año de la década nada exacto entre 50 y 60 del siglo XX, la inquieta adolescencia y juventud buscaba horizontes que le extraigan del letargo y la ausencia de posibilidades que carecían la población de aquel entonces, ante tal estado de oportunidades surgen dos nuevos emprendimientos, en el marco profesional, de inmediato resultado eran la Academia de Dactilografía de los Urbietas y la Academia TENIENTE de la joven profesional de la costura NERY LLANES, que se propala rápidamente la idea, y los altavoces de Papi Paredes, La Golondrina anunciaba con entusiasmo la apertura de estas dos instituciones que formaran con eficiencia y mucha seriedad a profesionales especializados en una profesión de mucho requerimiento en el mercado de trabajo, la Academia Teniente se instala cerca de la curva del Sportivo Iteño en la propia residencia de Don Eustacio LLanes, con elegante letrero que identificaba con primor la Academia Teniente de la Profesora Nery LLanes, en delicados colores y letras muy bonitas del pintor del pueblo, el señor Torales, el detalle del anuncio era que todos los que circulaban por la ruta 1 veía el enorme letrero y su convocatoria era atrayente, que desde el mismo día ya llegaban las jovencitas a inscribirse para inaugurar el local, entra ellas mi hermana Teresita de Jesus LLanes Torres, que sin mucha vocación, mis padres la entusiasmaban por el buen futuro que ofrecía y la posibilidad de continuar dirigiendo más tarde la Sastrería y Ropería EL ARTE, que ella era competente y seria en sus tareas escolares que ya la definía un buen futuro, y siendo la prima Nery LLanes la propietaria y Directora de la Academia TENIENTE daba tranquilidad a la familia. Muchas veces veíamos a mi hermana Teresita dirigirse a la Academia Teniente, llevando sus materiales y por su rostro que denunciaba no mucha alegría, no sabemos que pensaba ella para su futuro, pero papá y mamá querían, pues, tenía que obedecer, porque la época así determinaba, no se discutía las voluntades paternas, llegaba a la Academia y con sus compañeras de guardapolvo blanco, con el detalle que señalaba Academia Teniente y el nombre de la alumna, no se inscribió ningún varón, pues, podrían pensar mal del jovencito, con aspiraciones de famoso costurero, la Academia Teniente tuvo presencia y eficacia por muchos años, dando su aporte a la formación profesional de muchas jovencitas de la ciudad de Itá, dejando huellas indelebles en el alma de muchas jovencitas de aquella época, que hoy con canas y alma en fiesta recuerda a la eficiente Academia Teniente, fresca en la memoria de la colectividad iteña.-

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