lunes, 19 de mayo de 2014

REALIDAD Y FICCION

El siglo XXI nos deslumbra y asombra, aún en pañales este tiempo de cambios, que con celeridad nos viene la avalancha, sin dejarnos la posibilidad de pensar en el contenido, en los objetivos, en las metas, en el propio proceso de sustitución de los modelos que nos dirigieron por décadas y centurias, todo cambia en lo privado y en lo colectivo con tanta rapidez que no nos deja la posibilidad de discernir sobre los temas que nos afligen, la agenda es variable a cada instante en lo político, en lo cultural, en lo social, en la propia producción de bienes y servicios, en lo ético y moral, ya no sabemos lo que es bueno o es malo, porque las variables se modifican sin sentir. Los medios de comunicación con su influencia y hasta su poder viene a cubrir espacios y ejercen su influencia hasta sin darse cuenta, otros tienen conciencia y la ejercen con manipulada soberbia, descubrimos y confundimos educación con instrucción, carrera con empleo, la estabilidad se evapora en algunos sectores, la vida académica ya no es un status, puede llegar a ser una molestia, pues, el actual modelo de vida es de pragmatismo y no de paciente estudio, análisis, comparaciones de resultados todo es asustador y rápido. La vida académica vale por los ofrecimientos y no por la de un sistema educativo que se venía procesando en el tiempo, por la vía de la investigación y el propio conocimiento ya llega en capsulas sin la “bula” explicativa. resultando peligroso su consumo sin la debida observación y acompañamiento de especialistas , ya no se contempla las tres etapas del saber, el estudio como ciencia, como conocimiento o como utilidad, esta última se está volviendo la más interesante desde el punto de vista de la precariedad, la vulnerabilidad, la propia carencia en el ámbito de los nuevos profesionales que se lanzan al mercado de labores. Nos vislumbran los inmuebles, la tecnología deshumana que se utiliza en la impartición de lecciones, las bajas remuneraciones que alejan a los técnicos de real valor y se sustituyen por graduados jóvenes sin experiencia, sin conocimiento, tornando la disertación hueca y sin apoyo científico, es un mero recitador de textos, generalmente de baja calidad, la idea es la “utilidad” de la carrera elegida, si el mercado remunera bien o es potencialmente auspiciosa su elección, sin mucha exigencia total es barato, y se aprende por el camino, “se hace camino al andar” dice el poeta. Estamos en una verdadera encrucijada, o nos volvemos aliados al proyecto actual o nos volvemos unos desadaptados sociales, críticos sin eco y sin seguidores, demandamos lo que se hace imposible, pues, la realidad supera la ficción. Estar alerta, abrir los ojos, alertar los sentidos porque los cambios repentinos llegan y sorprenden, no nos tomen desprevenidos porque las mudanzas se instalan en todos los niveles, comienza, inclusive, en la casa por influencia de la televisión primero porque se instaura sin percepción, que somos víctimas de la manipulación, del lavado cerebral que se impone a la sociedad , creando nuevos valores, nuevos comportamientos, nuevas conductas, nuevos modelos de relaciones interpersonales, no se estimulan el estudio , la investigación y si el esparcimiento, pasando la principal necesidad a ser considerada la diversión como medio de distracción y como deporte, quedando en escalones secundarios el conocimiento y la ciencia. San José, Costa Rica, 20 de mayo de 2014.-

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