viernes, 9 de mayo de 2014

EL GUARANI - IDIOMA NACIONAL -

El dispositivo constitucional vigente de la República del Paraguay, establece que la República es bilingüe, el castellano y el guaraní, la colonizadora y la autóctona, que hace de los paraguayos únicos y orgullosos de haber podido mantener por más de 500 años su instrumento de comunicación familiar y social, no es una simple fonética de transmisión de ideas, pensamientos, juicios diversos, es reliquia y monumento compartido por toda una colectividad que se siente unida fortalecida y adherida al alma común como su elemento de identidad que la fortalece y se multiplica con el tiempo, en el hogar la comunicación florece en armonía instantánea, nos hace cómplice en travesuras e imaginaciones, el guaraní es fuente perenne de amor, tiene sabor a intimidad, a susurro de melodías infinitas, es natural que en la familia el guaraní se contagia y hace del idioma no solo un modelo de comunicación sino una torrente de pasiones y voluptuosas ternuras que envuelve y cautiva. El guaraní nace y crece en el vientre materno, se fecunda en amorosa gestación, el feto recibe desde el inicio el cándido sonido de músicas con letras en la lengua que lo identificará por siempre, con su carga de afecto inconfundible hasta que el alumbramiento llega con cánticos en un entorno explosivo y feliz que se festeja y conmemora la fortaleza y vigencia que llevará este ser que llega con su maleta de ensueños, como dice el poeta, por toda la vida, no importa en qué geografía vaya acumulando años y vivencias, su guaraní lo llevará en su “há” (alma), es su propia existencia que se unifica en la dualidad y transmitirá a la generación que suceda en el curso de su vida tornándolo un ser específico y total, con su alforja de creencia y multiplicidad de historias guardadas y recogidas, que en su cálices de imaginarios vinos cubrirá su espíritu y su razón contagiando con humor y picardía el perfil de una extraordinaria personalidad, lleva el paraguayo en su maleta de recuerdos los pasajes de una vida realizada y trazada, donde el guaraní es el peso más fuerte de un ente especial por su historia y su singularidad. El guaraní en el alma del paraguayo lo vuelve naturalmente un ser nostálgico de su geografía, de su mundo de infancia que no se borra de la memoria, lo inmortaliza y la lleva en el corazón y la mente, es el “a –ho”, el “mombyry” la distancia que se vuelve menor, es el camino natural del regreso al origen, a la fuerza espiritual y material que lo sacude y despierta, su sueño no le atormenta ni le castiga, le hace fuerte y vigente, reconoce en el hermano, en el compatriota cercano un igual y el compatriota distante que elabora su mundo en un paisaje de florestas y arroyos, transparente y con aromas de jazmines que perdura en su esencia plena, que lo transporta a su poblado que permanece intacto en sus contornos de memorias imborrables, de personajes que pueblan su todo para no apagarse jamás. El motivo del presente material se explica por si solo en estas fechas que marca el historial de todo paraguayo, su familia, que marca la madre amorosa y dedicada y un padre luchador y solemne, sobrio y honorable, en este mes de mayo se registra en la vida de todo compatriota sus dos elementos vitales, la madre y la patria, nacimiento y existencia, proyecto de vida y realizaciones, metas y logros, barreras a superar, destinos a cumplir, compromisos que satisfacer en lo colectivo sin marginar la tradición que carga como un valioso tesoro que se valora en cada acto de amor y entrega, de solidaridad y reconocimiento al hermano con las mismas virtudes y anhelos, sueños y realidades, en ese marco de sublimes propósitos lleva su guaraní único y total, hasta que la propia vida le diga es hasta aquí.- San José, Costa Rica, 6 de mayo de 2014

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