domingo, 17 de agosto de 2014
Primera Página
En los últimos tiempos las primeras páginas de los medios escritos ya no dedican acontecimientos de relevancia en la política, en la sociedad, en el deporte, sucesos sobresalientes en los temas académicos, hoy , como dice un colega venezolano , Manuel Martínez, la primera pagina esta reservada para la delincuencia, delitos contra el patrimonio, homicidios, desvíos familiares en la farándula, tenemos por lo tanto otros criterios en el gusto popular, el consumo es de otra naturaleza, o los patrocinios son otros, interesados por cierto en la promoción y consumo de los productos que ofrecen y que se reducen a la vigilancia privada, sus materiales electrónicos, su combate a la delincuencia con más efectividad de la que el Estado debería dar garantías y presencia ostensiva de las Fuerzas Públicas, del orden, de la paz social, del deber de combatir los fenómenos que perturban la sociedad y los grupos sociales, generalmente los más vulnerables en la visión política de protección, vigilancia y combate a los dañan la paz pública y lleva el miedo y temor a las familias, que trabajan y estudian, que se movilizan en transportes públicos, casi siempre en horas inapropiadas por las ausencias de los que tienen el deber de ofrecernos seguridad a nuestra integridad física y nuestro patrimonio de cualquier valor y especie.
En todas las geografías si siente este terrible flagelo, parece haber una complicidad de todos los medios, nos hacen convivir y aprender a vivir con la delincuencia, somos rehenes de los antisociales, nuestras residencias están marcadas por rejas, la paz y el sosiego del hogar está invadido por imágenes de terror y pánico, la televisión se encarga de amedrentar con sus pavorosas imágenes de dolor y fracturas espirituales a su grado máximo, los protagonistas son los que operan con o contra el mal, nosotros los consumidores indefensos y cargados de miedo, si tenemos hijos en edad escolar nos contaminamos con el miedo colectivo, recibimos los diarios, revistas y periódicos en general repletos de textos atemorizantes, fotografías escabrosas, contenidos con detalles que nos dejan “piel de gallina” y un sabor de impotencia nos invade, las despedidas familiares de todos los días con destino al trabajo o la actividad escolar es un acto de amor, de abrazos prolongados con la sugerencia de extremar los cuidados, mirar y observar el entorno, estar atento y vigilante con sus pertrechos, pues, estamos a la merced de personas que hacen del delito su medio de vida con la adhesión indirecta de la publicidad gratuita que ofrecen los medios.
El retrato de lo expuesto y narrado con cierta ligereza no nos exime de alertar a las autoridades responsables de nuestra seguridad, el terror que nos asedia en cada esquina, los que están en las expectativas de un descuido para sustraer algún bien, si la prensa omite los acontecimientos considerados delictuosos, será que ayudaría, pues, se evitaría la difusión del pavor colectivo y los antisociales no tendrían los espacios que se le otorga como noticia y el morbo colectivo exige, no m,e gustaría nunca promover la censura, pero si, repensar los criterios éticos de las noticias a ser consumidas, tener equipos de especialistas que vigilen las materias que puedan ser tenidas como nocivas para el consumo y que los propietarios de los medios diseñen un modelo de tarea con esta finalidad, estaríamos , creo, mejor servido y orientados, la prensa me dirán no opina sólo narran los hechos, es verdad, sin embargo estarían prestando un gran servicio a la sociedad alertando, enseñando, señalando los cuidados, educando a la colectividad para aprender a convivir sanamente, denunciar los casos de impunidad y corrupción, promoviendo el estudio de normas que nos ofrezcan la seguridad anhelada y devolvernos la ansiada paz, en lo personal y colectivo, que las familias y los individuos puedan movilizarse con tranquila y serena normalidad.
San José, Costa Rica, 18 de agosto de 2014
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