martes, 28 de abril de 2015
EL MAESTRO Y EL OBRERO
EL 30 de abril de cada año en Paraguay se recuerda el “Día del Maestro” y el 1º de mayo “Día del Trabajador” en carácter universal, en todos los rincones de la República y del mundo se rinde culto a tan honorables prestadores de servicio, el educador y el obrero, con sus signos de nobleza e injusticias, sus diarias existencias cargando la pesada cruz de conquistas postergadas, de aplausos sin ecos, que tiene el sentido permanente de silencios y halagos superficiales que antes de producir sensaciones de satisfacción se suman como agravios constantes de hipocresías múltiples.
El retrovisor de mi vida se detiene en una curva de la existencia, entre la edad infantil y la adolescencia, surge majestuoso el predio que alberga la Escuela República de COSTA RICA, con su estilo de vieja casona, con ventanales con rejas de hierro y líneas muy coquetas, enormes puertas, color marrón, pesadas y solemnes, con un amplio patio y un palco para festejar el mes patrio de Centroamérica y en especial de Costa Rica, se asoma con nitidez los rostros infantiles de compañeros que hasta hoy nos encontramos en alguna esquina del mundo, pocos quedan pero con la memoria fresca para recordar nuestras travesuras y nuestras Profesoras, como Chiquita Dolsa, la profesora de Música, que ejecutaba el Himno de Costa Rica diariamente en el elegante piano negro, enorme, de una bella sonoridad y luego el Himno Nacional Paraguayo, con los niños que formaban fila y entonaban con alegría y patriotismo, se izaba la Bandera Nacional de los dos países, era realmente una sentido y emotivo momento del espíritu que preparaba el alma para el ingreso a las aulas.
Se la ve a las Profesoras de todos los grados del primero al sexto grado, con sus elegantes chaquetas blanca, la esbelta figura de algunas, otras rellenas y semblantes de satisfacción, la Profesor de Música la más linda, de vistosos aretes, de enormes anillos que adornaban sus delicadas manos de pianista eximia, que meneaba la cabeza a cada nota y su larga cabellera castaña hacía de la misma una exótica figura, todos los días la misma ceremonia .el mismo ritual de emoción que no se borra ni se extingue, permanece tan viva en la memoria que se siente el aroma de naranjales del patio de la Escuela,. Desfilan ante la mente Profesoras extraordinarias, Margarita Artaza, Concepción Dalle de Medina, Nena Garcete, Rosa Ruiz Díaz Doldan, Lilia Bazán, Kika Ruiz Díaz todas bajo la severa y autoritaria dirección de Doña Serafina Villalba de Martínez, como siempre dividida en dos, por su cinturón ancho que le envolvía la cintura, sobre el blanco delantal y su extraño peinado globo, al día con la moda de la época.
Los compañeros inquietos y traviesos en especial el hoy médico en Bahia – Brasil, Pedro Cardenas Marin, su hermano Ignacio, el laborioso Julio Yaffar, su primo Blanco Yaffar, Armindo Gaona notable artesano de la madera, Lorenza González, morena y introvertida, y otros que no me viene a la mente, memoria ingrata.
Llegamos al último grado, cada uno toma su rumbo y el alma llena de logros por cumplir, de metas por lograr, de caminos trazados y alcanzados, algunos ya se adelantaron hoy viviendo en las estrellas compartiendo en el recuerdo nuestros afanes y tareas todas , creo inconclusas.
El Maestro con su infinito y divino ministerio , lleva su cruz a cuesta, con el símbolo de indiferencia de las autoridades, con las promesas sociales en deuda permanente, los políticos de turno en su afán de ganar simpatía derrocha su verborragia cínica y nuevas promesas sin concretar , recordemos que la educación no es proselitista porque la instantaneidad no es su peculiaridad , su resultado la veremos después de algunas décadas y en ese tiempo el olvido ya es parte del presente y estaremos esperando otro 30 de abril y otro 1º de mayo.
Es deseo de quien suscribe, que honremos en vida a nuestros Maestros/as, que esperan con silenciosa modestia el ansiado reconocimiento con una remuneración digna, una excelente calidad de vida, con derechos sociales cumplidos y justos, rescatemos la felicidad de los mismos y que vuelva al encuentro de la esperanza postergada y fortalecer la lánguida autoestima.-
Desde Asunción, Paraguay, 27 de abril de 2015.-
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