martes, 22 de septiembre de 2015

Optimismo Esperanzador

El emblemático mes de setiembre en el Paraguay, trae en su alforja la primavera, la juventud, la renovación, el cambio que se vislumbra, nuevos follajes en una ciudad repleta de lapachos floridos (tajy) en sus distintas tonalidades, además de los tradicionales blancos, rosados y amarillos, el tono verde de los árboles dan un marco especial a la capital de la República. En ese ambiente de fiesta para el espíritu, la juventud estudiosa sale a la calle reclamar, demandar lo que consideran justos y necesarios, la idea se inicia en la tradición de una Institución contestaría, demandante, inquieta, el Jesuita Colegio de Cristo Rey, que tiene en su historia fechas memorables contra la dictadura de Stroessner (1954-1989), período negro en la memoria nacional, la tradición continua, sus estudiantes jóvenes de la secundaria ocupan los espacios públicos, desean una mejor y más actualizada educación, demandan una reforma educativa que no se puede postergar. Emiten una convocatoria sus jóvenes lideres , marcan un encuentro en la Plaza Italia, centro de jornadas políticas contra la arbitrariedad y despotismo de la dictadura en su época, hoy se reúnen para iniciar una lucha contra la paralización y el descuido, quieren una educación innovadora, integradora, con cambios que ya no se pueden postergar, con esos ingredientes los estudiantes del Cristo Rey reciben apoyos de entidades educacionales públicas y privadas, de docentes y simpatizantes, y dejan la plaza Italia en orden, en un marco de civismo que contagia y emociona, se incorporan en la marcha obreros y la ciudadanía insatisfecha, que desea un PARAGUAY prospero en justicia y solidaria integración, la marcha sigue su curso, llegan al Ministerio de Educación y Cultura, la Ministra La Fuente y su equipo los espera en la entrada principal, ocupan la calle en una simpática y envolvente “sentata”, emitiendo voces de exigencias juveniles, con el tono que aún es de adolescente en transición, la Ministra entrega flores en señal de paz, algunos aplauden el gesto otros vociferan contra “queremos cambios y no flores”, el dialogo se inicia en tono amistoso, la Presidencia de la República emite un comunicado felicitando los estudiantes que ejercen su derecho constitucional de manifestarse en orden, en paz, con mucha cordialidad, el dialogo se instala con mucho respeto y las partes presentan sus demandas agendadas y el órgano estatal recibe con simpatía y promete continuar el dialogo, que ya se marca para una especifica fecha. La manifestación continua camino al Congreso Nacional, cánticos, pancartas, de brazos dados, se entonan canciones como “Patria Querida” del revendo Padre Nouz, con letras y música que motiva y empulga, emociona y contagia, escuchar aquella multitud de jóvenes que ordenadamente cantan y se manifiestan, exigiendo cambios es realmente una fuerza que sensibiliza al máximo, la piel se eriza y el corazón se acelera, el clima se torna de un calor de afecto a su límite, llegan al Palacio Legislativo y exigen de sus representantes acción y compromiso, tengo la seguridad que muchos de los integrantes de la marcha aún no tienen edad para emitir sus votos, pero ya están presente en un acto cívico histórico, llevarán estos jóvenes en sus mochilas de recuerdos el peso de una responsabilidad compartida con la sociedad nacional que los apoya y forman filas de consenso ante las demandas, así se llega a cumplir los objetivos trazados, motivar, sacudir, “reflexión y exigencias”, pilares que sustentan los deseos de que se cumplan estas peticiones en la brevedad posible. El sol escaldante llega a su límite, 42ª grados en el ambiente de bullicios, algarabías, discursos por doquier, cansancio que se refleja en el rostro de los líderes felices, el pueblo que une su voz de apoyo con la presencia y espíritu que se rejuvenece en cada uno de los manifestantes, nos vemos por el retrovisor de la vida en estos estudiantes vibrantes, cumpliendo los ruegos que ya hiciera el Padre de la Juventud de América, Doctor JOSE INGENIERO, en su tiempo, en sus clásicas obras, “El Hombre Mediocre” y otras de gran incentivador para que los jóvenes no sean ancianos antes de tiempo, que sean críticos, contestarios, resistentes, estudioosos, que tengan valor y coraje para iniciar el cambio. La multitud se diluye lentamente, cada quien rumbo a su destino, con el alma enchida de esperanza, con el espíritu revitalizado, con la creencia en los jóvenes de la patria que están conscientes que el cambio por un mundo mejor ya está presente , que el futuro ya se instaló en la sociedad y en plena primavera reposamos nuestras inquietudes porque la generación que viene es valiente y patriótica, tenemos fe en los mismos, con optimismo esperanzador. Desde Asunción, PARAGUAY, 22 de setiembre de 2015

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