lunes, 7 de marzo de 2016
El Estado Espectaculo
El titulo de la presente entrega no es nada original, existe un libro de autores franceses con esta denominación, por lo tanto, ruego concedan las debidas disculpas, pues, no siendo especialista en el aludido tema tengo la necesidad de cultivar la observación como parte de mi profesión de diplomático, hoy jubilado, muy feliz, por cierto, concluyendo una carrera prodiga en realizaciones personales e institucionales.
La observación es una cualidad interesante, ella es analizar, preguntar, aprender, visualizar escenarios, interesantes y exóticos, el haber ejercido mi tarea en varios países, con geografías interesantes, población heterogénea, necesidades diversas y otras muy semejantes como los escenarios teatrales de las presencias políticas, son escenarios multicolores, de enormes desplazamientos de personas y maquinas, ruidosas generalmente, agitadas, nerviosas, de subidos decibeles en el ambiente, generalmente la presencia de los Presidentes y autoridades de gran notoriedad en el marco de la política gubernamental es muy especial, cabe señalar que los preparativos son curiosos y creativos, existe un ceremonial para cada circunstancia, para cada momento que se vuelve único, desde el proyecto inicial hasta la conclusión del acto, todo tiene su ritmo, su tiempo, su vocabulario y el supremo instante de la llegada del personaje central, todo gira en torno a la celebridad de la ocasión, no es artista, no es deportista, no es malabarista ni mago de circo, es un político y su pueblo, sus partidarios, sus seguidores, sus cómplices, la caravana que lo secunda está comprometida a seguir el rigor de su participación obligatoria que a la observación del curioso es una verdadera clase de comportamiento psicológico nada diferente de otras regiones del planeta.
El animador generalmente utiliza mecanismos de ruidosos falsos entusiasmos, recuerden las visitas de los Papas, somos todos borregos conducidos y maniatados mentales, seguidores inconscientes de órdenes que provienen no sé de donde, los elevados volúmenes de los sonidos en su máxima expresión, el mejor ejemplo es la campaña política de USA, el folklorismo patético, carteles alusivos en derroches de leyendas, conductas específicas, atuendos de caracterización horribles , es el circo estatal instalado, pródigamente financiado por los interesados en algún beneficio que necesariamente no es para el pueblo, es el circo con sus fieras respectivas, que utilizan trapecios y piruetas verbales que alegran y dan colorido al esparcimiento de turno, para un público que reacciona orgánicamente, que esta maravillado ante las figuras de vistosos uniformes, pechos cubiertos de laterías de poca trascendencias de batallas nada gloriosas, de seguidores obnubilados por el frenesí del momento , es la fiesta preparada para satisfacer las exigencias de un pueblo poco ilustrado o nada pensante, el circo bajo el toldo de ineficiencias múltiples, a los efectos de opacar necesidades básicas, el pueblo ya decía un político romano necesita y requiere de pan y circo, el pan generalmente es más difícil conceder pero el circo fácilmente se instala por la natural presencia en el grupo de payasos a las órdenes, que conoce y sabe lo que al espectador le gusta, en este palco no existe críticas solo tenemos alabanzas y alocuciones de aprobación, la unanimidad es notoria, todos están preparados y avisados para el éxito de la visita tan ilustrada y divertida, el espectáculo recreativo montado es para alegrar no para pensar.
Es interesante las reacciones populares y la clase de los dirigentes todos, tienen el mismo perfil, obsecuentes, simuladores por vocación, cada quien en su espectro político de satisfacer sus más perversos e interesantes apetitos, los golosos de siempre, con el perfil único de obesos y atuendos coloridos para la apropiada ocasión que le permita llegar más cercanamente al notable de hoy y olvidado de mañana.
Cuando el circo levanta sus carpas vuelve la realidad en el ambiente , otras sitios de la extensa geografía mundial estará prestes a recepcionar con la misma falsa alegría y el entusiasmo o prebendarlo de siempre, la parroquia estará llena de feligreses no necesariamente fieles al mandato divino sino al mandato de funestos quinquenios u otros tiempos constitucionales de cualquier lugar, es solo acompañar el espectáculo que el Estado ofrece para diversión de un pueblo con ansias de pan y circo.- Desde Asunción – Paraguay, 7 de marzo de 2016.-
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