domingo, 11 de septiembre de 2016

Educación Política

Tenemos que considerar los dos vocablos, EDUCACION y POLITICA, el primer es el cimiento como base para construir el edificio persona humana, cimiento firme, solido, completo, desde donde se erguirá las paredes morales del sujeto hombre, sin cuarteaduras, sin grietas, sin humedales tóxicos, y la otra la POLITICA, como búsqueda del bienestar colectivo, como objetivo de separar el bien del mal, la capacidad de discernir en libertad, pensar sentir y actuar del hombre individual y el hombre colectivo, sin la presencia de basuras tóxicas, sin la intromisión de ideologías partidarias, el bien común como deseo mayor del sujeto colectivo, tanto en el fenómeno nacional e internacional. El análisis presente nos encontramos en un escenario de carencias, de dificultades, de desigualdades, de un sin fin de elementos adversos a la propia felicidad en todos sus grados, desde el origen de la humanidad se viene deliberando sobre estos dos elementos básicos del quehacer cotidiano, las causales siempre son las mismas, la pobreza, la falta de oportunidad, ausencias del Estado como entidad promotor del hombre libre, prospero, laborioso y feliz. No debemos confundir las dos entidades que se confunden naturalmente, la instrucción escolar y la educación, la primera es la que recibimos en forma externa, en forma de conocimiento e información y la segunda la esencia propia con que nacemos y parte de la propia genética y la contribución del medio y el entorno, donde se almacenan las tradiciones, las costumbres, los hábitos y las virtudes, las que orientan y guían nuestro porvenir o nuestros fracasos, ya el filosofo francés Juan Jacobo Rousseau afirmara que el hombre por naturaleza es bueno y honorable, manso y receptivo, que siendo la naturaleza tan buena porque tantas maldades y tantos enfrentamientos, es aquí donde el drama se hace visible, la presencia de parcialidades nefastas, como las ideologías, los partidos políticos y las creencias religiosas, las causales ya se citaron antes, y la pregunta, ¿Por qué no la superamos?, las razones están a la vista, nadie quiere renunciar a la parte que le toca, todos quieren imponer, no es posible negociar en una mesa de confrontaciones donde la expresión ceder es sinónimo de perder y nadie quiere perder. Las regiones más carentes del vasto universo es más notorio los déficits de estos dos fenómenos, la EDUCACION y la POLITICA en su mejor entendimiento, la tristeza de la marginación mental y social de la solidaridad, la tolerancia, el miedo que irrumpe en la sociedad y debe utilizar el belicismo para defenderse, ocasionando muerte, separación, fracturas familiares y el abandono. Si todos colaboramos con el ejercicio benéfico del entendimiento y la renuncia de intereses particulares por el bien común, como deseo supremos de todas las sociedades, no tendríamos las visitas indeseables de experiencias nucleares, de amenazas e intimidaciones que realizan las potencias y la búsqueda de sus conquistas de bienes y mercados, en una sociedad regional y universal mal educada solo distribuye temor y aumento de las ruindades, los fabricantes de armas conspiran contra la supervivencia de la propia humanidad, su finalidad no es el bienestar ni el trabajo digno, es la presencia que infunde el temor y la debilidad, tenemos más de cincuenta millones de almas que trabajan en la fabricación de armas, cuya finalidad no es la construcción precisamente del bien y la concordia, su visión y misión es la MUERTE. El otro mal social, que se debe enunciar sin temor a errar es la disputa de fieles para las religiones proselitistas, que alivian con su lenguaje de piedad y amor el futuro de bienestar en la promesa del “ cielo eterno” olvidando de propósito que el paraíso, como ya dijera el Papa Juan Pablo II, es en este valle de esperanza y sueños posibles, de la felicidad construida en un ambiente de amor, de entrega, de oportunidades, de remuneraciones justas, de una actividad política sin traumas y sin complejos, de principios sanos, conformando una nueva sociedad de hombres libres y democráticos. Desde Asunción – Paraguay, 11 de septiembre de 2016

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