lunes, 28 de junio de 2021
Pietro Vasso y Ambrossio Di Lascio
Pietro Vasso y Ambrossio Di Lascio.
El siglo XIX en sus últimas décadas, el año es impreciso, la fecha exacta se desconoce, en aquel día cuentan los descendientes que se instalaron en la ciudad de Luque – Paraguay, a escasos kilómetros de la Capital Asunción, era verano dicen, un calor intenso, el puerto de Asunción con una multitud esperando el barco proveniente de Argentina, barco que saliera de Italia, llevaba el nombre “esperanza” hasta el puerto de Buenos Aires, continúan viaje dos pasajeros inquietos y repletos de curiosidad, hasta Asunción los jóvenes, elegantes y llenos de ilusión, Pietro y Ambrossio, uno Vasso y otro Di Lascio, la plaza del puerto de Asunción repleta de carretas tirado a bueyes, caballos, asnos con burreritas a cuestas que vendían verduras y mandiocas, vagones movidos a caballos y yuntas de bueyes otros, los comercios abarrotados de gente, comedores exhalando aromas exquisitos, un sacerdote italiano hablaba en voz alta y con sotana negra descolorida que llamó la atención de los amigos recién llegados, abordaron al “pa-í” GULIANO, como era conocido, sacerdote en guaraní, literalmente pequeño padre en castellano, se abrazaron y el sacerdote les dio la bienvenida, y quedaron amigos por toda la vida de Pedro y Ambrossio, como fueron conocidos en Luque, eran artistas, músicos y también pintores los dos, tenían en común ser soñadores, ejecutaban la guitarra, cantaban canciones italianas para aliviar la nostalgia.
Pasó el tiempo ya instalados en la aldea de Luque, ejerciendo tareas diversas para sobrevivir, llevaban serenatas para los enamorados que requerían sus servicios, en la plaza central del vecindario una parroquia donde los domingos se reunían los vecinos y las señoritas lucían sus atuendos y así llamar la atención de los jóvenes, apuestos y elegantes, con los peinados a la moda con vastas cabelleras, y los italianitos eran suceso en la pretensión de las señoritas.
Las dos señoritas Olga y Emilia fueron objetos de la observación de los mismos, por Olga se enamoró Pietro y por Emilia, Ambrossio, con el tiempo se casaron los dos amigos con las respectivas hermanas citadas, Olga tuvo tres hijas, Elisa, Emilia y Mercedes de Pietro Vasso, Ambrossio Di Lascio, cinco varones, dos de ellos Pedro(tio Toto) , Rubén, el primero artista plástico famoso y Enrique un sastre muy afamado en la época, Rubén músico y cantante, también muy conocido y delirio de las señoritas, vocalista de la Orquesta Céspedes y también una nena conocida como Mami, la familia Vasso solo tuvieron nenas, tres, Elisa, Emilia y Mercedes, Elisa Vasso, mi abuela, abuela materna, una hermosa señora, que tuvo varios hijos varones y cinco mujeres, Amada, Beatriz, Celsa, Chiquita, y Olga quien falleciera en muy temprana edad, Elisa era casada con el Procurador Cristóbal Torres, así se fueron formando procedentes de una espléndida raíz, el árbol frondoso de los Vasso y Di Lascio, que continúan dando buenos frutos y sombras que nos hace orgullosos de portar en línea ancestral dos figuras de inmigrantes soñadores, los italianos VASSO y DI LASCIO, a quienes rendimos culto en nuestra sagrada memoria, todos sus descendientes, y en algún lugar del infinito los amigos aún continúan cercanos y soñando, nunca se supo cuál era realmente el contenido de sus sueños.-
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