martes, 29 de abril de 2014
MAESTRO HUMANIZADOR
Recibo un material que anima y entusiasma, escrito por Sergio Cáceres Mercado, donde recuerda al escritor Fernando Savater y su libro “el Valor de Educar” citando a Hubert Hannoun y que afirmara que educamos “para no morir, para preservar una cierta forma de perennidad, para perpetuarnos a través del educando como el artista intenta perdurar por medio de su obra”.
Ante el panorama que se muestra en nuestro tiempo es triste y lamentable la situación de los docentes en todos los niveles, cuyo sentido y dimensión es preparar el cimiento y la construcción del humano de conformidad a su imagen y figura. El Maestro, en su apostólica gestión debe ser una persona de su tiempo y circunstancia para convivir en armonía con su semejante y su entorno, que modele la personalidad del educando, motivar sus aspiraciones nobles, compartir desafíos, reverenciar la patria y las leyes, además de impartir conocimiento en un curriculum establecido por la gestión gubernamental reconocido oficialmente.
El Maestro es el guía que orienta y acompaña al educando en la búsqueda de la verdad, ser compañero en el camino con destino al objetivo trazado desde la primera infancia, superar barreras, visualizar los sobresaltos que se presentan y descubrir los misterios de las sorpresas de la vida.
El Maestro, además de conducir y orientar, formula y cuestiona los avatares de la existencia, reconoce en cada educando un perfil y un sueño, despertar en el mismo ambiciones superiores de virtud y nobleza, es el portador de un sujeto que hace de la educación un desafío permanente y un logro a la humanización del ser, sin complejos y sin traumas,
El perfil señalado no es una utopía ,existe miles de Maestros que cumplieron con una vocación, un estilo de vida, que eligieron una opción de aprender para enseñar, y con el tiempo el reconocimiento está ausente y distante, por sus propios educandos y la sociedad, que vive en la pobreza y la casi indigencia, el reflejo de una vestimenta gastada, figura desdibujada, encorvada existencia por el peso de la ignominia de una sociedad indiferente, donde el propio Estado se encuentra ausente en cuanto al prestigio, dignidad, reconocimiento al gestor de la formación de los hijos de la nación , cuyas condiciones laborales se deteriora asustadoramente, haciendo que la tarea de docente sea estresante y agotador , consumiendo sus sueños y eliminando la esperanza de crecer y superarse a si mismo, padece el desengaño y se constituye en “oveja de guardapolvos” como afirma Sergio Cáceres Mercado, con presencia desteñida por la dejadez y el infortunio.
Solo queremos un trato digno, son muchos los Maestros honorables y virtuosos, escasos los corrompidos y tóxicos, pues, es parte de la fauna humana, queremos educadores felices, satisfechos, que estimulen a sus educandos a reflexionar sobre ética, moral, civilidad, patriotismo, familia, religión, comunidad, parte de una sociedad agradecida, pues, concluyendo el beneficiado será el niño , la niña, la patria, desear lo mejor a los Maestros es desear lo mejor para sus hijos.- San José – Costa Rica, 29 de abril de 2014.-
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