Don Martin Llanes, nuestro padre

El 21 de junio es una fecha emblemática para los que residen en el Paraguay, para los que tienen vivos en la memoria a sus padres; En nombre de mis hermanas y un hermano que habita las estrellas, aprieto el alma, cierro los ojos y devuelvo al espíritu la figura integra del querido papá Martin, en torno a la enorme mesa de la Sastrería EL ARTE, en Itá, alto, esbelto, cabellos en desaliño emblanquecido, cayendo sobre el rostro, cubriendo la mirada fija en el tejido esperando el corte que tomará forma de elegantes trajes, llegan a de a poco vecinos, amigos, compadres en alegre procesión de agasajo a quien los recibe con simpatía y palabras de afectos, quienes lo buscan en pro de soluciones materiales y afectivas, en busca de una palabra de un hombre simple, sabio, integro, paciente y complaciente, un hombre en quien se con fía por su transparencia, su honorabilidad, laborioso y tenaz, amoroso y tierno. Don Martin LLanes, lo veo desde la ventana de la sastrería, de rejas de hierro negro, que separa de la vereda llena de personas en trajín de sus tareas cotidianas, lo veo pleno , con pose natural de senador romano, tupida cabellera, caída cubriendo el cuello dándole aspecto de poeta distraído, la mirada atenta en los trazos del tejido, con las manos ágiles y destreza extrema dando el corte preciso, como un artesano de la tijera y la aguja, balbuceando sonidos que sale del alma en tono y letra imperceptibles, esbozando una traviesa sonrisa, su sola presencia era una lección de lucha, esperanza y voluntad de servir, era un hombre extraordinario que reflejaba en su porte firmeza, entereza , fidelidad de principios, honorable en sus ademanes de caballero, fruto , decía papá Martin, de su servicio a la patria en la Armada Nacional, como soldado y que fue receptor de todas las enseñanzas de amor, servicio, perseverancia y respeto a los símbolos de la nación y a la familia, secundado por una mujer de valor superlativo, de compañera incomparable y de lealtad sin límite, madre total, la querida ,Mamá Nena, esa era mi familia, como monolito de afectos haciendo del habiente familiar regocijo constante con incienso de amor permanente, dando alegría y distribuyendo amor por doquier. Donde sus hijos y allegados hilvanamos sueños y concretamos esperanzas cumplidas. OSCAR B. LLANES TORRES – 21 de junio de 2015 desde Asunción – PARAGUAY.-