sábado, 14 de marzo de 2020

AMOR ETERNO

Cumpliendo el hábito del ejercicio de la caminata, en este día de una agradable brisa en el parque Bernardino Caballero,( por cierto, héroe de la Guerra de la Triple Alianza, Brasil, Argentina y Uruguay contra Paraguay- 1865- 1870, a la fecha, Primero de Marzo, se cumplen 150 años del fin de la guerra y la muerte del Mariscal Francisco Solano López, en un día como hoy de 1870, lo que consideramos el Holocausto de América.) Disfrutando del silencio en el marco de una belleza indescriptible del lugar, una diversidad del tonos verdes de los árboles, pájaros con cánticos acarician los sentidos y personas que se saludan y continúan con su tarea física, elijo un lugar para un descanso, un banco de hierro labrado y de muy buen gusto; En ese instante un señor de ya avanzada edad, supongo, se sienta cercano a mí, cordialmente pide permiso y se acomoda, luego de un breve intercambio sobre temas habituales como el tiempo, la política, el deporte, comentarios sobre las autoridades municipales que en común elogiamos por el buen trato que recibe la plaza, la sinfonía del cantico de pájaros, que afirma conocer con autoridad cada uno de ellos, que acepto sin mucho convencimiento. Después de un tiempo el mencionado señor comienza a dibujar retazos de su vida personal, tengo, dice, 86 años, soy jubilado del servicio público donde ejercí funciones por 53 años, mi nombre Honorio Valdez, soy de este mismo barrio, es aquí cerquita, afirma , mi esposa falleció hace poco tiempo, tengo dos hijos fuera del país, la nena casada en Buenos Aires, Argentina y el varón en Washington – USA, como ve estoy solo con mis recuerdos, un gato y un perro que son muy afectuosos,… devuelvo la cortesía y detallo mis antecedentes y continua la plática. Como dice el mexicano, la charla se vuelve amena, interesante y la imaginación fluye con la historia guardada en secreto y deleite de la memoria. Cuenta que su padre trabajaba en una empresa brasileña con sede en Paraguay, viajaban constantemente, cuando tenía 16 años lo acompañé y fuimos a Santos ciudad de playas hermosas y muy bien cuidadas, 80 kilómetros de la Capital San Pablo, visitaba amigos y mostrabame la ciudad, apoltronados en un antiguo y desgastado tranvía. Un dia encuentra un amigo especial y nos bajamos del transporte y lo acompañamos, Don Marcos Verón, fuimos hasta un predio enorme, antiguo, ocupando un gran espacio , era el Colegio MARZHA, los alumnos salían con sus materiales en algarabía y toda clase de bullicio, cuando veo una chica posiblemente de mi edad, 16 años, con cabellos castaños, unos ojos marrones enormes, con sus útiles en una cartera de cuero, zapatos del color del uniforme, atuendo de color marrón y unos calcetines rebajados al tobillo, hermosa, muy hermosa, cuenta Don Honorio, con la mirada perdida y el buen timbre de voz, continua: busque un motivo para hablar con ella y le ofreci auxilio para llevar sus libros, conto que vive cerca y que sus padres son los dueños del Hotel “El Príncipe” el más “categorizado” de la ciudad afirma, ella se llama SOLEDAD CONTI, era descendiente de italianos, pasamos unos días de visitas y de intercambios de sueños y proyectos, hasta que mi padre dispone el retorno a Paraguay, Don Honorio me cuenta con una dosis de tristeza que se vislumbra en el rostro, sabe Señor, con cierta timidez, le deje una cartita con el rotulo Mi Amor Eterno “usted fue el amor de mi vida”. Pasaron sesenta años regresé a Santos, el tranvía aún existe, pasamos por la calle Paraguay, que termina en Colegio MARZHA, hoy abandonado predio, el hotel “Príncipe” continua con su real postura y decaído inmueble, los mismos dueños la familia Conti hoy dirigida por SOLEDAD CONTI, viuda y tres hijas, ya una señora anciana, de largos cabellos castaños muy bien cuidado, algunas arrugas en el rostro y un cuerpo carente de gordura, elegante y sobriamente vestida, me acerco la saludo, me reconoce y da un grito y un salto que con sus brazos rodea el hombro, dice palabras que no consigo captar, entender solo sentí la inmensa felicidad en encontrarnos, ella limpia mi rostro bañado en lágrimas, el pecho parece explotar , así nos quedamos varios minutos, nos sentamos en una mesa del salón del hotel con cuadros antiguos, y uno de ellos cuenta que es su fallecido marido, aparece unas de sus hijas se hace las presentaciones y la breve historia, la hija María, se la siente feliz y dice con énfasis y porque no unen sus vidas, y en unísono “ya somos muy viejos” y la niña interviene, sean felices este resto de vida, salimos del hotel y de la mano caminamos por un parque muy bien cuidado, regresé al Paraguay a preparar el futuro con el “eterno amor” que no pudo ser, un incidente de salud repentino, por cierto, la llevó para siempre, y este servidor, afirma, la tengo muy feliz en la memoria y una estrella brillante en el cielo es SOLEDAD CONTI , “mi amor eterno”.- Ciudad de LAMBARE – PARAGUAY, 3 de marzo de 2020.-

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