miércoles, 16 de octubre de 2013

ARMAS...¿ PARA QUE?

Sentado en una plaza esperando por mi hijo, Oscar Bernardo, quien está realizando una gestión académica, no me sale de la mente escenas de pavor, de destrucción, de niños descuartizados, cabeza de una mujer fuera del cuerpo, explosión y vibración de sus autores, desalmados y sin creencias, familias fracturadas y sin prótesis para los males que tendrán que portar el resto de sus vidas. Cuando veo jóvenes camino a los centros educativos, primaria, secundaria y/o universitaria, recuerdo la escena descrita más arriba, siento la impotencia y la desesperanza, el alma se agita en dolor, se asoman a la mente la nula posibilidad de impedir estas tragedias, no tengo poder, no tengo influencia, no tengo materiales que pueda ayudar a construir el muro que evite el paso de armas por el mundo. Las fabricas se justifican, dan empleos, sustentan familias, dinamizan las economías, pagan impuestos solidariamente y conceden becas a estudiantes sobresalientes, y me pregunto con ironía, y todo para que las personas maten, los ejércitos tengan herramientas para la muerte y se quejan cuando el Estado no incluye en el Presupuesto General de la Nación, después de la Constitución la norma más importante, las compras hacen con que disminuyan alimentos escolares, ausencia de medicinas en los hospitales, políticas sanitarias descuidadas, es el cuadro de nuestro continente y de los países que no tienen fábricas de armas ni hacen pregones en bolsas de valores, es muy doloroso este cuadro, fusiles y tractores, frente a frente, ametralladoras y libros par a par, ingenieros y maestros distantes y quien sabe con algún remordimiento. Como alcanzar la paz en el mundo, si las fabricas de armas, los comerciantes, los que con ingenio realizan experiencias cada día con herramientas de muerte más sofisticadas, hasta promueven y son exitosos los fabricantes de armas de juguetes, que están vigorosas y estimulan a los descuidados padres adquirir estos materiales para la distracción de sus hijos, sin saber del mal que ocasionan a la virginal mente de los niños, que almacenan informaciones negativas y que las armas sirven para defenderse de antisociales que cargan también armas para amedrentar a sus víctimas, o sea , nosotros que estudiamos, trabajamos educando a generaciones, entregamos nuestras ideas y enseñanzas para formar personas de bien, con nociones de ética, de valores morales, frecuentando centros religiosos que nos hablan de fe, de solidaridad, de fraternidad, de amor al prójimo, de fomentar el deporte sano y el fabricante de armas en la primera fila, con el rostro neutral, elegante, distribuyendo limosnas que sus receptores se refriegan las manos de contentos, los que producen tanques y fusiles estimulan guerras, se organizan desfiles para que el pueblo aplauda a sus héroes que matan, que dejaron huérfanos y viudas en una brillante carrera y llegando a los máximos rangos en la estructura de la muerte, y peor aún, con sacerdotes que bendicen instrumentos que aniquilan semejantes y será que tienen acceso al paraíso celestial, los que somos apenas portadores de libros vivimos en el infierno terrenal, en la propia Capilla Sixtina tenemos retratado por artistas clásicos lo que Dante designó como El Infierno. La paz, es venerada en todas las culturas, nadie es responsable por el enfrentamiento bélico, todos señalan a los gobernantes que mutilan las esperanzas de sus pueblos, quien indica a los fabricantes de tan terribles herramientas del mal, nadie, pero nadie mismo, no existe un solo medio que comente el hecho, consideran normal que existan estas fabricas que matan personas y sueños, que hacen de la muerte sus negocios, la paz queda como parte de un vocabulario retórico y sin eco, los políticos vociferan el deseo de paz y permiten que se engorden los presupuestos para la adquisición armas en detrimento de otros bienes humanos por excelencia, como deseo y anhelo, que proliferen bibliotecas y computadoras, que tengamos maestros felices, bien remunerados, disciplinados, ejemplos de entrega y amor, sin destacar sus figuras en el ámbito político gremial, que también ocasiona tantos males a los niños sin sus guías ocupados en menesteres que él no conoce y poco sabe, no consta en la malla curricular de las Escuelas.

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