miércoles, 16 de octubre de 2013
RIO DE JANEIRO, CIUDAD SACUDIDA
La ciudad de Río de Janeiro, la ex capital de la República Federativa del Brasil, vive dramáticos instantes en virtud de las demandas de Profesores del Municipio, es doloroso el espectáculo que la televisión divulga, imágenes repleto de brutalidad, vandalismo, recuerda mucho las acciones de los Tupamaros en el Uruguay en el enfrentamiento contra la dictadura, individuos enmascarados en plena actividad vandálica, la policía hasta parece indiferente, los enmascarados destruyen patrimonios públicos y privados, golpean y maltratan transeúntes inocentes, dificultad para ofrecer los primeros auxilios a los que sufrieron alguna lesión.
No analizamos la verdad o no de las demandas, lo que nos lleva a pensar es el drama de una población asustada, un gobierno como paralizado, impotente para actuar, una fuerza pública medrosa de la opinión pública y de los organismos no gubernamentales que aprovechan para desmoralizar una policía profesional, seria, competente y capacitada, la ciudad de Río de Janeiro está asustada, perpleja, atónita ante tanto desorden provocados por los enmascarados incitando al caos y la anarquía, destruyendo todo a su paso, dejando un rostro carioca deteriorado, doliente, la otrora ciudad maravillosa vive su peor época en este período democrático, estos actos vandálicos nos lleva al período de agitación contra la dictadura militar, cuando los estudiante se movilizaban comandado por la UNE, Unión Nacional de Estudiantes, que se manifestaban en orden y sin violencia, cuando las demandas se transbordaban eran presos los líderes de las movilizaciones o buscaban el asilo, eran los años de 1964 en adelante, la ciudad se sacudía en su estructura, el pueblo acompañaba recelosa por temor, muchas veces como hoy asistimos los comercios cerraban sus puertas.
La zona más agitada en la fecha se encuentra en plena avenida Río Branco donde está el Legislativo Municipal, el emblemático Teatro Municipal, el edificio centenario de la biblioteca nacional, centro nervioso de una ciudad antes alegre, viva, palpitante, la citada avenida que fuera un tiempo lugar de los desfiles de las escuelas de samba, los grupos de amigos que se reunían al caer la tarde para coloquios políticos y deportivos, donde resonaban alegres carcajadas y los piropos ingeniosos para las bellas damas que desfilaban por el lugar, era un Río de Janeiro romántico, seguro, hasta si se quiere provinciano en su estilo de vida y su habitual contacto con la alegría en su forma de enfrentar la vida.
Río de Janeiro hoy, la vemos desde lejos una ciudad maltratada, golpeada, insegura, con la delincuencia en galopante actividad que no da tregua a las autoridades, prosperan los tugurios(favelas) en las zonas montañosas, circulan con tranquilidad los delincuentes mejores armados que la fuerza policial, interviene el ejército por decisión de las autoridades federales para imponer el orden y la paz, la muy discutida fuerza pacificadora, es el momento en que la población vive en la zozobra, el miedo, la inseguridad se hace presente en cada esquina, en cada familia se nota la desconfianza, el temor se adueñó de la que mantiene su imagen de incomparable belleza, con un Cristo Redentor que vigila en su postura que dio fama y notoriedad a la ciudad maravillosa.
Río de Janeiro, que tiene en su población el mejor patrimonio , donde las personas tienen estilo inconfundible, su manera peculiar de expresión y de andar, donde se tiene a un Flamengo de futbol y regatas un poco decaído, hasta sus aficionados no se entusiasman y se pierden en silencio en las avenidas desiertas en un centro urbano donde reina el pavor y el temor de ser víctima del primer delincuente que se mezcla con gente laboriosa , estudiosa y llena de voluntad de salir adelante y encontrar la mejor manera de llevar una existencia digna y restablecer su antigua alegre irreverencia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario