EDUCACION INQUIETA

En todo el continente existe movimientos de Central de Educadores, que inquietan, molestan, perturban, dañan los ciclos escolares, niños y adolescentes, jóvenes universitarios quedan sin recibir lecciones, educadores que dejan las aulas vacías, no niego la justicia de las demandas ni los propósitos que mueven en lograr ciertos intereses legítimos, estos argumentos se mezclan con otros móviles y motivos que son verdaderos desatinos, somos sociedades rehenes de sujetos inescrupulosos, pseudos maestros que utilizan espacios públicos perturbando la libre circulación de las personas, no pretendo negar el derecho de manifestar sus inquietudes, pero llamo al buen criterio de realizar en locales que no dañen los derechos de terceros, que si quieren ejercer sus tareas con responsabilidad, que saben de sus obligaciones con la familia y con su entorno. Los Educadores que muchas veces ni son profesionales titulados para ejercer las actividades que la sociedad espera de los mismos, que se escudan en el privilegio que otorga la norma sindical, el hecho de ser inamovibles que se mantienen por años realizando políticas sindicales perversas, que requieren utilidades negadas a los demás miembros de la población, los maestros gozamos anticipadamente de la simpatía de la gente, sin embargo, cuando las demandas se desvían de su curso normal para perjudicar a los destinatarios de su gestión específica, los niños y niñas, que no reciben las lecciones establecidas en los programas curriculares que obedecer, es una verdadera traición al apostolado de la enseñanza y la niñez que esperanzada esperan , silenciosamente en su anonimato, sin prensa y sin voces para exigir de los mercaderes de la política sindical, el Estado no podría quedarse omiso ante tamaño perjuicio, debería tomar medidas drásticas que no estimulen estos modelos de demandas que generalmente son improductivas y perniciosas, solo benefician a sus nefastos protagonistas dañando toda una generación abandonando la obligación principal la de transmitir conocimiento, los actos vandálicos que paralelamente se introducen en el medio de manifestantes descontentos, pues, algunos aún creen en las promesas de la retórica sindical aviesa a sus obligaciones reales, luchar por la clase trabajadora de la educación. El continente interamericano lucha para salir de la ignorancia y del atraso, su tenaz persistencia a favor de los jóvenes que componen la mayoría de la población que quiere superarse y anhela que en su sitio geográfico tenga la oportunidad de recibir una educación a la altura de los tiempos que vivimos, que los maestros tengan presente el compromiso de que su función es tan noble, tan dignificante, tan altruista, el papel del Estado naturalmente acogerá las exigencias porque es menester tener maestros felices, educadores preocupados con la excelencia de los educandos, cuando tengamos esta consciencia jurídica colectiva tendremos otro grado de civilidad y los niños y niñas de hoy serán adultos mañana con todo su repertorio de respeto, de admiración y reconocimiento a sus maestros de ayer, educadores conscientes del papel social de un magisterio serio, disciplinado, calificados y capacitados, con remuneraciones justas y adecuadas a sus necesidades puntuales que el tiempo actual exige de los mismos no descuidar a los educandos por motivos políticos gremiales que nada construyen, al contrario, consiguen la antipatía de la sociedad, el quebranto de los padres, el abandono de ideales superiores, la trilogía de una población que podríamos enumerar como la sentir – pensar y actuar, donde la formación de promesas potenciales de un futuro mejor para los pueblos de nuestro continente moreno, salir definitivamente de la postergación y el miedo de ser feliz, somos un continente repleto de esperanzadores sueños, de realizar nuestras perspectivas de vida, dejar de lado los sueños de otras geografías y construir nuestros propios anhelos , abandonando los fantasmas que nos rodean, que nos afligen con su presencia visible en sus atuendos de dolor y angustia, es hora de colocar las manos en el corazón y reflexionar sobre el tema que nos golpea a todos sin distinción ni discriminación, es imperiosa la necesidad que los organismos internacionales especializados encuentren la solución apartidista, sin ideologías, con el alma libre de prejuicios antisociales, con énfasis en los valores comunes en el continente, de tolerancia con las diferencias, de respetos mutuos a los efectos de construir naciones prosperas y de bienestar colectivo.