lunes, 18 de febrero de 2013

FIESTA NACIONAL DE COSTA RICA EN ITA - PARAGUAY

El mes de setiembre siempre tiene una connotación muy especial para quien suscribe, colocando el enfoque del retrovisor de la historia personal, donde se refleja con singular nitidez, la casa familiar, el sol candente, el aire festivo, fecha inolvidable, 15 de setiembre, mañana luminosa de niños recorriendo las calles con destino a la Escuela Nº 89 “República de Costa Rica” , en la ciudad de Itá – Paraguay, donde este servidor cursó la primera fase de la vida escolar, una primaria de seis años, con recuerdos que marcan hasta hoy la suma de nostalgias que permanecen vivos y actuales. En esa ya distante fecha veo la frágil figura de un niño, salir de la casa con su impecable uniforme, guardapolvo blanco de notable brillo, se dirige a la casa del vecino a buscar a sus compañeros, Ignacio Cárdenas Marín, Pedro Cárdenas Marín, Clemenceau Rivas Ortellado, Oscar Olmedo, Adrián López, Emilio López, Osvaldo Galeano, Heriberto Meza y otros que se encuentran nebulosos en la memoria, encontramos en el camino a Isidro Cáceres Marín, Alberto Sanabria, Gerónimo Narváez Torres, se preguntarán y las niñas?, en aquellas épocas ellas ocupaban otro espacio hasta el encuentro en el patio de la Escuela. Llegamos a la querida Escuela Costa Rica, toda adornada con banderines de Costa Rica y Paraguay, una enorme Bandera Nacional del Paraguay y otra de igual tamaño de Costa Rica, ondeaban y se las veía vistosa, linda y solemne, flameando con altivez y orgullo en tan distante geografía, una bucólica ciudad se vestía de lujo esa fecha, los padres de familia, las autoridades municipales encabezada por Don Antonio J. Delvalle, el Secretario Municipal ya sumando años y con gallardía llevaba el libro de Acta, recuerdo a Don Torales, pequeño, bien peinado, y su ajado atuendo, la autoridad policial, el Comisario Burgos y el Subcomisario José Delfín Jacquet, y en la puerta principal, el Juez de Paz Don Erasmo Garcete, el Padre Gamarra, la Directora de la Escuela Costa Rica, la Señora Serafina Villalba Viuda de Martínez, con su elegancia y su figura especial, rellena, dividida en dos por un enorme cinturón, de baja estatura, con los cabellos arreglados para la solemnidad de la fecha, y en orden acompañan las recordadas Maestras del Primer Grado Margarita Artaza, del segundo grado, Concepción Dalle de Medina, tercer grado, Nena Garcete, cuarto grado, Rosa Ruiz Díaz Doldan, quinto grado Lilia Bazán y el sexto grado la Señora KikaRuiz Diaz Doldan, todas con sus uniformes blanco, risueñas y felices, destacaba la Profesora de Música Chiquita Dolsa, que dirigía y marcaba los ritmos de los Himnos Nacionales de Costa Rica y Paraguay, que la entonábamos con devoción y energía patriotismo y respeto. Luego nos convocaban para formar fila y ponernos en orden para cantar los Himnos Nacionales, luego el discurso de Doña Serafina, la Directora de la Escuela, luego con emoción y gran talento recitaba una poesía de autor Costarricense la alumna Yolanda Cáceres y con marcada emoción declamaba a un autor nacional, la niña Blanca Llanes Torres después un acto religioso, y un brindis memorando la culinaria de Costa Rica, preparada por Francis Cabral acompañada, con atención y esmero, vigilada por Don Rodrigo Redondo, funcionario de la Embajada de Costa Rica en Paraguay, encabezaba la delegación la Embajadora Yamileth, las autoridades de Educación Pública de la República y de la Cancillería Paraguaya, todo tan solemne, tan festivo, repleto de emoción y algarabía, regalos para los niños, músicas de arpas y guitarras, con la voz y mensaje de Abrahán Areco Gómez y el dúo Rubén Medina, con el repertorio cuidadoso de los Hermanos Villalba, así transcurría hasta diluirse en la quietud y calma de una Escuela antigua y señora de muchas generaciones de compueblanos celebres, algunos conquistaron escenarios de renombres como Don Francisco Alvarenga, Francisco Marín , deportistas como Leocadio Marín, y otros que escapan a mi nostalgia por la entrañable emoción que me invade a las lágrimas, recupero en el recuerdo a figuras tan queridas que no se borran y se niegan a evaporarse de la memoria, por lo tanto 15 de setiembre es una fecha muy especial para mi espíritu y para el registro de mi vida, la recojo y guardo en el cofre de los recuerdos de la cálida, sobria y siempre vigorosa Escuela Nº 89 “República de Costa Rica” de la Ciudad del Cántaro y la Miel ITA – PARAGUAY.- San José, Costa Rica, 15 de Setiembre de 2012.

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