lunes, 18 de febrero de 2013

HISTORIAS VIVIDAS

En el mes de Noviembre en el calendario universal tiene fecha marcada, el propósito de la “No violencia contra la Mujer”, este servidor iría más allá, pues, revolviendo recuerdos zambullendo en las cajas acumuladas en el tiempo, encuentro un registro que marcó profundamente como persona y como ser preocupado por el destino de los más débiles, los más vulnerables en este mundo, que se caracteriza por el individualismo, el egoísmo enfermo, en donde se encuentra la alianza perfecta entre la maldad y el desamor, la carencia de humanismo y la falta absoluta de respeto por el ser humano necesitado, desinformado, desprotegido, en el ámbito externo e interno. El registro citado, está perdiendo color pero no vigencia, corría el año de 1985, en México, recibimos un llamado de la frontera con Estados Unidos de un funcionario del servicio de migración de México, siempre existen personas sensibles, caritativas; con voz firme nos informa que tienen a la vista una niña, de más o menos 15 años, de nacionalidad paraguaya, según declara la misma, no se puede comprobar porque no tiene ningún documento habilitante, está muy debilitada y llora clamando socorro, solo habla un raro idioma, se logra captar que es Guaraní y es de Paraguay. Ante la situación señalada pregunto si podría hablar con ella, del otro lado en Guaraní me explica una de las historias más dramáticas vividas y conocidas por este servidor, narra su dolor, su desgracia, su orfandad, es natural de una localidad llamada Pirayú , de la compañía de Cerro León, cincuenta kilómetros de Asunción. Familia numerosa de agricultores, padre y madre, seis hermanos, ella es la tercera con 14 años, una pareja de cutis blanca, ojos claros, en un complicado español dicen estar interesados en proteger a la niña, llevarla a su país, ofrecerle una buena educación, tratarla como hija y atender a la madre del señor como dama de compañía, todo bajo el respeto a la norma jurídica del país, los padres de la niña reflexionan conversan con el juez local, y este le afirma ser la gran oportunidad de salir de la miseria y la pobreza, quien sabe construir una casa con las modernas comodidades, estudiar y ser “alguien en la vida”, realizan las gestiones y la niña viaja a los Estados Unidos con sus protectores, amorosos y tiernos, cuidadosos y delicados. Se instalan la familia en la frontera, no sabe el nombre de la ciudad, la llevaron al médico, le sustrajeron el pasaporte, la instalaron en un hotel donde sistemáticamente fuera violada por su “protector”, con el consentimiento de su pareja, por un buen tiempo, no sabe ni los nombres de los personajes, nunca salió sola siempre en compañía de los citados”próceres”, hasta el día en que la niña quedó embarazada y fue tratada de lo mejor, recibiendo las más refinadas atenciones hasta el día del alumbramiento, a partir de este día comenzó su calvario, fue depositada en la frontera en la más completa soledad, un poco de dinero que no sabía ni el valor ni donde era, buscaba auxilio por todos los lados, le sacaron su hijo, y la dejaron abandonada, sin documento, hasta el momento de encontrar al policía de la Migración Mexicana, que la llevó a la casa, le dio alimentos y la posibilidad de comunicarse con la Embajada del Paraguay en el Distrito Federal, y su vida tomó otro rumbo, fue despachada al Distrito Federal acompañada en un policía y posteriormente entregada a la Representación Diplomática y Consular, quien providenció el regreso al Paraguay de la niña ahora con 15 años, bajo el amparo de un salvo conducto y la protección de los miembros de la tripulación de la empresa aérea, quienes entregaron a su familia en Paraguay, fue la última vez que vi a la niña y en su despedida me abraza agradece y que Dios me proteja siempre, y está consciente de que a su hijo, fruto de una violación, jamás lo verá y nunca sabrá del niño. San José, Costa Rica, 25 de noviembre de 2012.

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