PARTIDOS POLITICOS

La ciencia política reserva un capitulo de vital gravedad e interés como la situación, presencia, influencia, pertenencia, voluntad de grupos, voz de una parcela de seguidores de una idea, de un principio, de una necesidad específica, de un mundo de promesas y perspectivas por cumplir, dan a la expresión Partido Político, una connotación de de pensamientos en contradicción, de enfrentamientos con otras de igual genero. Los Partidos Políticos como órganos de representación electoral, de personalidad jurídica incontestable, tiene un alcance jurídico social enorme, los Partidos Políticos tienen una gran responsabilidad cultural y social muy importante, se lo identifica con una cultura, una geografía, un ambiente, de impulsos benignos y malignos, adquieren famas y renombres, a través del tiempo circula en un medio de propuestas y diagnósticos propios, con una dosis de credibilidad disminuida con el pasar de experiencias no realizadas y no cumplidas, son de eterna expectación ante sus seguidores y la frustración de simpatizantes. Se nota con cierta indignación la mala gestión de los Partidos Políticos, sería oportuno buscar un nuevo modelo de compartir inquietudes, solucionar las demandas populares, criticar gobiernos y aplaudir gobernantes afines a sus idearios, es hora precisa para repensar posturas y directrices, ahondar en las entrañas de las voluntades del pueblo que dice representar, dando un nuevo rostro a este segmento tan importante de la imagen de una sociedad angustiada, solitaria, perpleja, sin líderes creíbles, y suma de nefastos protagonistas que hacen de los Partidos Políticos un rejuntado de personajes poco aptos para el más noble de los ejercicios como es la sana política, la honorable figura del político se perdió en el universo de ruindades, se evaporaron del grupo personas dignas y transparentes como eran antiguamente, las personas que realizaban tareas de servicios sociales altruistas, sin otra motivación que servir al semejante, salvar una situación de zozobra, apoyar en la solución de un problema doméstico o de grupos, llevar mensajes de entendimiento y de saludable criticas, hoy ese espectro de cuidados con los correligionarios desaparecieron, hoy reina “yo por ti – Usted por mi” “da y ca” como dicen en el lenguaje popular y nada académico. El siglo XXI puede ser el siglo del fin de los Partidos Políticos, uno se pregunta quienes apuntan a la sucesión, veía tiempo atrás a las ONGs, pero ellas defraudaran la buena fe de sus creyentes, se convirtieron en buscadores de patrocinadores y de provecho propio así como del entorno primario, las propuestas en las propias finalidades estatutarias dejan siempre una sombra de profundas dudas de la honorabilidad de sus directivos, de sus mezquinos intereses, la propia organización deja un manto de indagaciones sin respuestas como la famosa frase “sin fines de lucro” que no corresponde realmente a los propósitos vistos en la ejecución de los proyectos que no pasan de proyectos por la dificultad y la ausencia de credibilidad en el seno de la sociedad ya tantas veces engañadas y pisoteadas en su creencia y beneficios jamás alcanzados. Es por lo tanto imperioso que los Partidos Políticos se renueven en ideología, en madurez de los principios originarios, en la revisión total y plena de su funcionamiento y de los intereses específicos en cuanto a servicio y búsquedas del poder, que es su motivación principal, el poder es la oportunidad que tienen los Partidos Políticos de servir con altruismo y honestidad, con transparencia real y visible de encontrar el bien común como resultado de valores de la convivencia huma, como el respeto, la verdad, la tolerancia, la solidaridad auténtica que también este valor a perdido su sentido real por la de la solidaridad burlona y mentirosa para conseguir réditos carentes de escrúpulos y la desmemoria en cuanto a la ética de las relaciones personales e intergrupales, vamos abrir nuevos caminos, nuevas corrientes, nuevos esquemas, nuevos desafíos por la recuperación de un nuevo mundo político que represente las más caras ambiciones y de las nobles demandas de una sociedad empobrecida y engañada por valores distorsionados e impunes. San José, Costa Rica, 7 de agosto de 20012